El azúcar se concentra en un puño
Los incentivos comunitarios para abandonar reducen la cuota a la mitad
Antaño, en tiempos de bonanza, el sector remolachero azucarero llegó a contar en España con más de 100.000 hectáreas de cultivo y 20 plantas industriales. Era un cultivo interesante para el agricultor y muy rentable para las empresas que comercializaban el azúcar sin despeinarse y con pago por adelantado. Eran otros tiempos.
En aras de la competitividad industrial y agrícola, las empresas pusieron en marcha en la última década un plan para la mejora del cultivo en el campo, junto a un proceso de reestructuración industrial con una política de concentración y cierres programados. El azúcar era un negocio que daba para todo. El objetivo era aumentar la molturación en cada una de las plantas, acercar la misma a las 100.000 toneladas de azúcar y alargar las campañas, manteniendo las superficies de cultivo.
El sector industrial ha pasado en la última década de más de veinte plantas a 5 en 2009
El agricultor pasa de un precio de 48 euros/tonelada a 40 euros sin los 12 de ayuda desacoplada
Hoy, el sector afronta lo que se considera que puede ser el último y definitivo proceso de reestructuración bajo los incentivos de abandono impulsados desde la Comisión de la Unión Europea. En este caso, las actuaciones de ajuste afectarán tanto a las superficies de siembra, que se van a reducir a menos de la mitad, como a las plantas industriales, que se quedarán solamente en cinco.
España, con una cuota de producción de casi un millón de toneladas y una demanda de 1,4 millones, es uno de los países comunitarios más deficitarios en el sector azucarero. Sin embargo, fundamentalmente por las producciones de países como Alemania y Francia, la Unión Europea arrastraba en los últimos años una grave situación excedentaria. Ante esa situación, Bruselas cifró las necesidades de ajuste en la producción azucarera de casi seis millones de toneladas.
Para reducir la oferta comunitaria de azúcar, Bruselas puso en marcha en 2006 una reforma de la Organización Común de Mercado (OCM) del azúcar basada en una política de incentivos por el abandono para agricultores e industrias. Ello supuso reducir la cuota en 1,9 millones de toneladas, pero, mientras unos países excedentarios aumentaban sus cuotas, en otros se reducía o desaparecía el cultivo.
En el caso de España, esa primera ofensiva comunitaria se tradujo en el cierre de actividad de Azucareras Reunidas de Jaén, que clausuró su planta en esa provincia con una cuota de 79.137 toneladas; Guadalfeo, en Málaga, con una cuota de 8.374 toneladas, y el cierre también de la planta de Ciudad Real, propiedad del Grupo Ebro Puleva, con una cuota de 22.286 toneladas. En total, unas 110.00 toneladas.
A la vista del fracaso de este primer plan comunitario, Bruselas impulsó el pasado año una nueva reforma para seguir reduciendo la cuota de producción azucarera, aumentando los incentivos por abandono de cuota hasta 237,5 euros por tonelada. Según los datos provisionales, a 31 de marzo se habrían abandonado otros 3,7 millones de toneladas de cuota azucarera, lo que sumaría un total en todo el proceso de unos 5,6 millones de toneladas. En la parte baja de los abandonos se hallan Alemania o Francia, con un recorte del 13,5% de su cuota, lo mínimo reclamado por Bruselas, para llegar al 60% en países como Italia.
En el caso de España, el plan de ajuste comunitario suponía arrancar con una cuota de producción de 996.961 toneladas.El proceso de ajuste ha supuesto rebajar esa cuota a la mitad de la producción, menos dos toneladas, 498.479. Para los remolacheros que optaran por seguir en la actividad era fundamental reducir la cuota en algo más del 50%, ya que solamente en ese caso percibirían un plus complementario al precio de seis euros por tonelada.
De esa cuota final de producción, 378.479 toneladas corresponden a Azucarera Ebro, con un recorte del 49% sobre su cuota anterior de 741.721 toneladas. La cooperativa Acor queda con una cuota de producción de 120.000 toneladas, un 28,5% por debajo de su cuota de 167.727 toneladas.
Este ajuste en la producción remolachera, desde la perspectiva industrial, se reflejará en el cierre en Azucareras Ebro desde esta próxima campaña de las plantas de Rinconada, en Sevilla, y Guadalacín, en Cádiz, y la de Peñafiel, en la campaña siguiente. En la planta de Guadalete, también en Cádiz, el objetivo es la molturación nacional con el refino de azúcar importado. En el caso de Acor, el plan supuso el cierre de la planta de Valladolid.
A pesar de este ajuste de la cuota al 50%, en medios agrarios y de la industria existen dudas sobre la posibilidad de llegar a producir remolacha para ese objetivo. La razón se halla en el precio. Antes de la reforma, los agricultores percibían 48 euros por tonelada.Tras la reforma, el precio base se sitúa en 26 euros, cifra a la que se suman otros 6 euros por superar el 50% de abandono, 5 euros que aporta Azucarera Ebro, ayudas regionales y otros conceptos como el artículo 69 de la reforma de la PAC. En total, unos 40 euros donde no se computan otros 12 euros como pagos desacoplados que el agricultor percibiría aunque sembrara otro cultivo. -
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