La construcción de pisos se hunde en Cataluña
Las empresas piden inversión en obra pública e incentivos a la rehabilitación
Nuevo botón de muestra del parón del ladrillo. En Cataluña, el año pasado se empezaron a construir el 33% menos de pisos nuevos respecto de los iniciados en 2006. Pero el arranque de 2008 ha sido demoledor: enero comportó un hundimiento del 63,1%. Es un mal presagio para el conjunto del año, aunque la Cámara Oficial de Contratistas de Obras de Cataluña (CCOC) estima que la caída global de la construcción de viviendas se limitará al 8%, porque parte de las que se terminarán en 2008 se empezaron en 2007 o antes.
El sector caerá el 1% este año. Es la primera cifra negativa desde 1996
"En un sector con tanta inercia como la construcción, una caída del 8% es muy radical, catastrófico", afirmó el presidente de los contratistas, Rafael Romero. Otras voces del sector se muestran menos optimistas y piensan que la caída será aún mayor.
En todo caso, se ha detectado que esta desaceleración se extenderá desde la primera corona del área metropolitana de Barcelona hacia el Maresme, los dos Vallès y el Alt Penedès.
El retroceso en la construcción de pisos arrastrará al conjunto del sector a su primer año de decrecimiento desde 1996 en la comunidad catalana. La previsión de los contratistas apunta a una caída global del 1%. No sólo por el citado retroceso del número de pisos nuevos, sino también porque la obra civil -que el año pasado salvó el ejercicio con un tirón importante del 14%- sólo está previsto que avance el 4% en 2008. Tampoco se edificarán más centros comerciales ni naves industriales o logísticas que en 2007.
Los empresarios del ladrillo piden un giro de la política, de modo que se pase de incentivar la construcción de viviendas -el parque de viviendas total en Cataluña con relación a su población ha llegado a ser superior al de países como Francia, Holanda y Alemania- a primar la rehabilitación y el mantenimiento de los edificios residenciales. Romero subrayó que esta última actividad puede ayudar a absorber la cuantiosa cifra de puestos de trabajo que pueden destruirse este año en el sector (entre 20.000 y 30.000). El hecho de que siete de cada 10 viviendas se construyeran antes de 1981 sugiere que hay campo para rehabilitar. La mitad del parque no llega a los estándares de calidad, según el CCOC. El Gobierno español y el catalán han empezado a moverse en esta línea. Los contratistas piden, además, inversiones mínimas anuales de 6.500 millones de euros en infraestructuras y una buena gestión de la obra pública.
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