Sanidad triplica en una década el gasto en los fármacos contra el sida

El efecto de los fármacos más eficaces contra el sida, los conocidos como antirretrovirales, unido a una buena práctica asistencial y al esfuerzo en prevención explican la progresiva reducción en el número de casos de sida. El uso de los antirretrovirales resulta especialmente significativo, porque han permitido retrasar de manera "extraordinaria" la evolución de la enfermedad y mejorar su pronóstico, resalta el coordinador del Plan de Prevención del Sida en Euskadi, Daniel Zulaika.

"Las medicinas cuestan dinero, pero su eficacia es tremenda"

Los especialistas calculan que la mortalidad actual por sida de los pacientes seropositivos que siguen correctamente el tratamiento con los medicamentos específicos se sitúa en un 1 por 1.000 al año. "Las medicinas cuestan dinero, pero su eficacia es tremenda", abunda Zulaika. De ahí el esfuerzo económico que la Administración desarrolla en este campo y que ha ido creciendo desde que en 1995 se desarrollasen los primeros antirretrovirales para combatir la enfermedad y evitar que el virus se reproduzca.

En 1997, el Departamento de Sanidad se gastó en comprar este tipo de medicinas un total de nueve millones de euros, mientras que el año pasado el desembolso alcanzó los 29,8 millones. Este dinero representa alrededor del 1% del presupuesto total que la consejería tiene aprobado para todos los gastos este año. Se trata de medicamentos que sólo se suministran en los hospitales de la comunidad autónoma, en los que siguen su tratamiento los 4.240 seropositivos vascos que los reciben.

José Antonio Iribarren, responsable de la unidad de Enfermedades Infecciosas del Complejo Donostia, destaca que el esfuerzo económico que realiza Sanidad para adquirir las medicinas más eficaces contra el sida resulta rentable. "En el año 96, el sida mató en Euskadi a más de 400 personas. Ese año empezaron a verse los efectos positivos de los antirretrovirales y desde entonces el sida se ha convertido en una enfermedad crónica con la que es perfectamemnte posible vivir. Eso sí, siguiendo correctamente el tratamiento".

De los 416 fallecidos por sida en 1996, se ha pasado a los 49 registrados en 2006 (último dato registrado). Es decir, la mortalidad de lo que antes era una enfermedad incurable y en la mayoría de las ocasiones fatal se ha parado en seco con los antirretrovirales. "La sanidad resulta cara globalmente, en todas sus áreas, pero si se realiza un análisis coste-efectividad, se puede comprobar que los seropositivos tratados con antirretrovirales llevan una vida normal, con lo que eso supone de trabajo y a nivel de relaciones sociales y familiares", destaca Iribarren.

A ello hay que añadir el ahorro que supone la reducción en los costes de hospitalización. El éxito de estos medicamentos se ha traducido en que progresivamente más pacientes se decidan a probarlos. En 1996 eran 1.980; el año pasado ya llegaban hasta los 4.240.

En la actualidad se dispone de seis familias de fármacos y un desarrollo de la investigación que permite a los especialistas "garantizar" el futuro de los tratamientos por muchos años, aunque se presenten las temidas resistencias del virus a los medicamentos empleados en la actualidad. Para el próximo mes de mayo se anuncia la llegada al mercado de la suma de tres medicamentos distintos en una sola pastilla que se tomará por la noche, bajo el nombre Atripla.

Éste ha sido uno de los caballos de batalla de los medicamentos antirretrovirales: la necesidad de seguir tratamientos combinados de varios fármacos, lo que se conoce como cócteles. La obligación de tomar múltiples pastillas (hasta 20 en los primeros años) complicaba la terapia. "Ahora los tratamientos son más sencillos de seguir e igual de eficaces", apunta Iribarren, quien insiste en la importancia de no bajar la guardia por que existan estas medicinas. "Más del 90% de los nuevos contagios son por la vía sexual. Y muchos de ellos se dan cuenta de que están infectados al cabo de seis u ocho años de media", concluye.