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La UE teme que su política ambiental ahuyente la industria

La cumbre desactiva el plan de Sarkozy para la Unión del Mediterráneo

Los jefes de Estado y Gobierno europeos expresaron ayer su temor a que las medidas previstas contra el cambio climático puedan provocar una fuga de empresas a otros países menos exigentes. Los dirigentes de los Veintisiete, reunidos en Bruselas, debatirán las propuestas de la Comisión Europea para reducir las emisiones de gases de efecto invernadero en un entorno de inestabilidad financiera internacional cada día más inquietante. La incertidumbre económica y los planes para reducir las emisiones de CO2 en ciertas industrias alimentan las llamadas al proteccionismo.

Los líderes desactivaron los planes del presidente francés Nicolas Sarkozy de la Unión por el Mediterráneo que había despertado temores de desestabilización. Los asuntos económicos, como ya es habitual en las cumbres europeas de primavera, volvieron a dominar la agenda. Destacados dirigentes expusieron ayer sus reservas por los desastrosos efectos de ciertas medidas en determinados sectores industriales. La canciller alemana, Angela Merkel, manifestó antes de la reunión su voluntad de "defender especialmente los empleos de las empresas alemanas del sector del automóvil". Bruselas propone una reducción de las emisiones de CO2, que resulta gravosa para los fabricantes alemanes de vehículos de lujo como BMW y Mercedes Benz, frente a los constructores de vehículos más pequeños de otros países. La canciller exigió "reglas justas para todos".

Algunos sectores como el acero, cemento y aluminio, grandes consumidores de energía, están seriamente preocupados por los planes de la Comisión presentados el pasado enero. Bruselas presentó entonces una ambiciosa propuesta para reducir las emisiones de CO2 en una quinta parte para 2020. Para la misma fecha propuso mejorar la eficiencia energética en un 20%, elevar un 20% el uso de energías renovables y que los biocombustibles representen un 10% de consumo en el transporte.

El presidente de la Comisión, José Manuel Durão Barroso, señaló que a lo largo de 2008 había que acordar las medidas para lograr los objetivos de protección ambiental. El propósito era que la Unión pudiera ir con una propuesta única a la reunión de Copenhague en noviembre de 2009 para lograr un acuerdo mundial. Barroso admitió: "es posible que no alcancemos un acuerdo en 2009". En tal caso, aseguró: "no queremos que nuestras industrias vayan a otra parte y en tal caso tomaríamos medidas legales para protegerlas".

La vuelta del proteccionismo fue también pronosticada por el secretario general de la Confederación de Sindicatos Europeos, John Monks. Ante el retroceso de la Europa social, "no habrá que sorprenderse de que las voces que llaman al proteccionismo sean más estridentes".

El primer ministro luxemburgués y presidente del Eurogrupo, Jean-Claude Juncker, expresó su preocupación por la espiral del euro que ayer cotizó a 1,56 dólares en una jornada en que el barril de crudo llegó a los 110 dólares. Juncker expresó su voluntad de "estar cada vez más vigilantes por la volatilidad de los tipos de cambio", pero no anunció ninguna propuesta.

Durante la cena de anoche los mandatarios debatieron la propuesta franco-germana para dar un nuevo impulso al deficiente proceso de Barcelona de colaboración entre la UE y los países de la ribera sur mediterránea. Proceso que todos ven necesitado de una modernización para responder a las expectativas creadas en su nacimiento de 1995 y hoy defraudadas.

Mientras algunos, como España, confían en "dar un salto cualitativo que refuerce el proceso", otros dudan de la conveniencia de crear nuevas estructuras que dupliquen las ya existentes, como es el caso de la propia presidencia eslovena, y otros temen que desestabilice el marco de relaciones entre los vecinos del este y del sur de la Unión.

El drástico recorte del ambicioso plan inicial de Nicolas Sarkozy, rebautizado ahora como Unión para el Mediterráneo, hizo que la canciller germana, Angela Merkel, hablara ayer de que el proceso "será elevado de nivel, pero se tratará esencialmente del mismo instrumento", dando así la razón a quien consideran que Sarkozy ha perdido la batalla por apropiarse de la relación euromediterránea. Hoy se verá si las discusiones de anoche quedan recogidas en las conclusiones del Consejo Europeo.

José Manuel Durão Barroso.
José Manuel Durão Barroso.

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