Una gala ecológica para celebrar su 80º aniversario
Los materiales que se van a usar son reciclables
Un 75% de posibilidades de que llueva en Hollywood la tarde del domingo. Y subiendo. A pesar de eso, Sid Ganis, el presidente de la Academia, echó unas risas en la presentación el viernes de la gala y soltó un "si llueve será buenísimo para las flores". A la alfombra roja le da igual, está techada. Seguirá sirviendo como pasarela de trajes de lujo y para preguntarse, mientras se ve desde la tele, ¿quién es ése que está detrás de George Clooney? Porque la ceremonia está pensada para la pequeña pantalla (aunque no bajará de tres horas y media de duración), y su realización esconde un montón de trucos. Ya desde la entrada. La alfombra roja no es una, sino dos. Las estrellas y los candidatos conocidos van en el carril más cercano a las cámaras, mientras que el resto de los finalistas y los académicos que han ganado sus entradas en un sorteo (son 6.500, no hay sitio para todos) entran más alejados.
Aunque siempre hay una sensación de muchedumbre en la moqueta: para que no haya huecos, la Academia contrata a unos figurantes que recorren la alfombra hasta el teatro, y llegados a la puerta vuelven de nuevo al inicio de la alfombra. Más conocido es el caso de los seat fillers, los actores que se sientan en las butacas cuando las estrellas se levantan al baño o al bar.
Este año, con motivo de su 80ª edición, un cumpleaños redondo, delante de cada galardón se proyectará un vídeo resumen de la historia de cada premio. Pocos más momentos para la nostalgia habrá en la gala, además del homenaje a los fallecidos. "Escogimos a Jon Stewart como presentador porque es un cómico muy del siglo XXI, para las nuevas generaciones, como ya demostró en su debut el año pasado", comentaba Gil Cates, el productor de la ceremonia. Otras apuestas de la Academia por el siglo XXI serán la retransmisión especial de los premios en YouTube (www.youtube.com/oscars) y, por supuesto, un espíritu ecológico: en la gala se usarán materiales reciclables, bombillas de bajo consumo, generadores alimentados con una mezcla de biodiésel...
Seguros ganadores son Robert Boyle, el director artístico que recibirá el Oscar honorífico, y el pueblo tejano de Marfa, una localidad de 2.100 habitantes donde hace 50 años se filmó Gigante, y que este año ha sido el plató de rodaje de Pozos de ambición y de No es país para viejos, los dos filmes favoritos.
Y al final, un paso rápido por el baile del gobernador, la fiesta que se celebra en el mismo teatro Kodak. Este año, tras la cancelación de la fiesta de la revista Vanity Fair, una de las más potentes, Madonna y Demi Moore han montado su propio y exclusivo sarao en una mansión en el barrio de Westside Hills.
Babelia
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