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Hallado junto al zoo un resto de la segunda muralla de la Ciutadella

Las obras del polideportivo municipal se han paralizado al descubrirse el muro

Àngels Piñol

Las obras del futuro polideportivo municipal del Casc Antic, en el paseo de la Circunval·lació, junto a la entrada principal del zoo, se han visto paralizadas después de que se hallaran restos de la contramuralla o segunda muralla de la vieja ciudadela del siglo XVIII, construida tras la guerra de Secesión de 1714.

La muralla ha aflorado en el lugar donde se preveía una pista de baloncesto
El Ayuntamiento es partidario de conservar el muro y ajustar el edificio

El despacho de arquitectos Enric Batlle-Joan Roig diseñó el proyecto del recinto deportivo y realizó unas catas en un extremo del solar que certificaron que afloraría parte de la muralla de la fortificación. Pero los planos de la antigua ciudadela no son exactos y las pruebas no reflejaron que en el lado opuesto emergería, a unos 30 metros, la contramuralla, que cerraba el foso por donde pasaban los soldados. Las obras están paralizadas a la espera de que la Comisión de Patrimonio de la Generalitat dictamine este mes qué se hace con el resto.

La contramuralla, de unos cuatro metros de profundidad, tiene 30 metros de largo y ha quedado a la vista un tramo de unos seis o siete. "La antigua fortificación tenía una planta geométrica perfecta, que responde al modelo de aquél momento. Y su perímetro es inmenso", explicó Ferran Puig, jefe del servicio de Arqueología del museo de Historia de Barcelona, aludiendo a que la planta de la ciudadela era pentagonal y que estaba rodeada por una segunda muralla de diez puntas. Los arqueólogos han limpiado el muro que está en perfecto estado porque desde que se construyó el parque en el siglo XIX permanecía bajo tierra. El proyecto preveía que la muralla, la más próxima al zoo, sea visible desde una de las piscinas subterráneas del polideportivo. El Ayuntamientoha propuesto a la Generalitat conservar parte de la contramuralla que ahora mismo atravesaría en diagonal la futura cancha de baloncesto subterránea que se construirá cerca de la piscina. "Nuestra idea ha sido siempre preservar el patrimonio compaginándolo con las necesidades de los vecinos", dijo ayer Itziar González, la concejal del distrito. Enric Batlle, el arquitecto, afirmó que pueden aportar soluciones técnicas ajustando el edificio para integrar parte de este muro en el polideportivo.

El resto arqueológico se descubrió en noviembre después de que la constructora realizara el movimiento de tierras en el solar de 4.000 metros cuadrados. Los empleados sólo han podido trasplantar las palmeras de la zona y ahora se está dedicando a fabricar las nuevas jaulas gigantes de los loros del zoo. El pabellón, presupuestado en siete millones y medio de euros, debía estar acabado en octubre, aunque es posible que el plazo se alargue. El centro dispondrá de cuatro plantas: una subterránea (dos piscinas, los vestuarios y una pista de baloncesto cubierta); la planta baja (el bar y la recepción); la primera planta (tres salas polivalentes), y la segunda (piscina exterior, centro médico, vestuarios y locales para asociaciones). El Ayuntamiento ha querido conservar junto al pabellón una cancha de baloncesto al aire libre muy frecuentada por aficionados a ese deporte junto a la que, tradicionalmente, un grupo de vecinos de Sarrià acudía semanalmente a jugar a la petanca. La fachada del edificio estará formada por unas tablillas de madera de diferente color, para dar continuidad al invernáculo del paseo de los Til·lers.y

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