Se alarga el secuestro de las dos cooperantes en Somalia
El cautiverio de Mercedes García y Pilar Bouza, las cooperantes de Médicos Sin Fronteras (MSF) secuestradas el 26 de diciembre en Somalia, continúa empantanado en complicadas negociaciones con los clanes de la región semiatutónoma de Putlandia. Ni los diplomáticos españoles, ni los argentinos, ni los italianos que participan en las negociaciones revelaron ayer el resultado de sus gestiones. "Esperamos un desenlace rápido, pero la situación en Somalia es imprevisible", declaró Carlos Ugarte, portavoz de MSF.
"El tejido somalí es muy complejo, y ésa es una de las razones de que las negociaciones se estén llevando a cabo con una discreción enorme", explicó Ugarte. La española Mercedes García y la argentina Pilar Bouza fueron apresadas en la ciudad de Bosaso, al nordeste del país. Sus captores las trasladaron a las montañas de la zona y han exigido un rescate de 250.000 dólares. Todas las fuentes coinciden al señalar que ambas se encuentran bien, pero nadie explica cómo han obtenido esa constancia de su situación.
El secuestro ha sido condenado por las autoridades de Putlandia y también por líderes políticos y por respresentantes del consejo de ancianos del clan al que supuestamente pertenecen los delincuentes, informa Efe.
El presidente de Putlandia, Adde Musse, declaró: "Esas dos mujeres estaban ayudando a los jóvenes, a los desplazados y a otras personas vulnerables que viven entre nosotros".
Y el ex candidato presidencial de la región, Abdirahman Mohamed Farole, añadió: "Los secuestradores están cometiendo crímenes que están avergonzando a Putlandia y que no se habían visto nunca en la cultura somalí o islámica, como el secuestro de mujeres doctoras que llegaron para ayudar a nuestros hijos".
Al parecer, la mayoría de los captores pertenece al subclan Warsangeli, del clan Harti, un grupo étnico que ya había sido acusado por las autoridades locales de explotar el negocio del secuestro en la región. Hagi Abdi, representante del consejo de ancianos de los Warsangeli, calificó la acción de sus paisanos como "una insensatez", pero también expresó su temor a que la policía se decida a adoptar medidas de fuerza que puedan poner en peligro a las rehenes.
Las aguas de Putlandia son escenario habitual de acciones de piratería y en su territorio son frecuentes los secuestros por dinero. Sólo diez días antes del de las dos cooperantes fue secuestrado en Bosaso un cámara francés. Sus captores exigieron 100.000 dólares de rescate. El periodista fue puesto en libertad ocho días después.
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