Vizcaya y Hungría unen fuerzas para que prospere la Fuente de Neutrones

La candidatura de Vizcaya a la Fuente de Neutrones europea, promovida por los Gobiernos central y vasco y la Diputación, comparte director científico y consejo asesor con una de sus principales competidoras, Hungría. La sorprendente decisión de aliarse con un rival se debe al convencimiento del consorcio español de que es prioritario garantizar que el propio proyecto europeo prospere, sea en el país que sea. La futura Fuente de Neutrones europea se concibe como la mayor instalación de este tipo en el mundo, con un coste total de 1.500 millones de euros y 80 millones al año en concepto de mantenimiento. Esas cifras las pagarían los países miembros que se sumen al proyecto, ya que la inversión principal no va a tener financiación directa comunitaria por parte de la Unión Europea. Ante un proyecto de tal magnitud, Hungría y Vizcaya han decidido sumar fuerzas para que la iniciativa no se frustre por la falta de apoyo.

La candidatura ganadora ofrecerá compensaciones industriales a la otra

La decisión sobre el proyecto se espera que se produzca en 2008

"Se necesita convencer a la sociedad, los gobiernos y las empresas europeas de la conveniencia de invertir en la fuente", sostiene Juan Urrutia, presidente del consejo rector del Consorcio ESS Bilbao (European Spalation Source), que promueve la candidatura vizcaína. "Los países miembros dicen que quieren participar, pero la suma de lo que cada uno pone no alcanza. Por eso, todavía no conviene pegarnos entre nosotros. Que dos países estén dispuestos a colaborar para que esto salga adelante hace más creíble el proyecto", recalca Urrutia, que fue ex consejero de Educación y del BBVA. Suecia, la tercera aspirante fuerte al proyecto, está también invitada a sumarse.

El acuerdo, plasmado en un memorando de entendimiento, supone que ambas candidaturas compartirán el mismo director científico -un experto de prestigio internacional cuyo nombre se dará a conocer cuando se reúna el consejo rector- y el consejo asesor internacional, formado por un grupo de especialistas en neutrones. Hay una "promesa implícita", recalca Urrutia, de que si una de las dos se lleva el proyecto, ofrecerá a la otra compensaciones industriales". Esto significa que si triunfa Vizcaya, Hungría produciría componentes para la instalación científica y su aportación constaría, y viceversa. De esa manera, se garantiza que, acojan o no la fuente de neutrones, las industrias de ambos países tengan una participación clave en la misma. Aún así, cada candidatura establecerá los términos de su aportación, de manera que la que no resulte ganadora "podrá poner menos dinero y pagar en especie".

A lo largo de 2008 calcula el presidente que habrá una "decisión tácita" sobre la candidatura ganadora, aunque el anuncio formal se retrase hasta que se reúna el Consejo de Ministros de la UE y lo apruebe por unanimidad. "Cuando la decisión se produzca, estableceremos las reglas de competencia para que cada uno hagamos nuestra oferta de manera ordenada", apunta Urrutia. Considera que "competir sin reglas" entre las distintas candidaturas sería una actitud suicida y dilapidadora de los recursos". "Mejor colaborar todos", añade, "para perfilar las especificaciones de la fuente y hacer de manera cooperativa propaganda de la misma".

En su opinión, una nueva dilación sobre el proyecto puede poner en riesgo su futuro, como ya ocurrió en 2003. Sobre todo cuando la crisis financiera va a retraer a los gobiernos a la hora de comprometer inversiones. Por eso, recalca Urrutia, la iniciativa ha de consolidarse ahora o nunca. "Hay que aprovechar el momento, porque estos proyectos compiten por la atención de la UE y de los países miembros, y es ahora cuando la fuente está en primera línea de atención".