La veda abre una guerra entre los 'arrantzales' y el ministerio

Las relaciones entre los arran-tzales y el Ministerio de Agricultura y Pesca nunca han sido buenas, pero la decisión de la Unión Europea de mantener la veda de la anchoa en el Golfo de Vizcaya hasta junio de 2008 ha terminado de empeorarlas. El gobierno español defiende esta postura haciéndose eco de las recomendaciones de los científicos, que insisten en que la especie no se ha recuperado.

Los pescadores justifican el cambio por la necesidad económica

Los pescadores se venían acogiendo los últimos años a estas tesis, pero ahora, sorprendentemente, han dado un drástico giro y reclaman la reapertura de la pesquería. Argumentan que la situación económica del sector es "dramática" y que las ayudas que reciben por mantener la flota amarrada son "insuficientes". El cruce de acusaciones no ha hecho nada más que empezar. La guerra está abierta.

Con el objetivo de recuperar la especie, la pesca de la anchoa lleva prácticamente cerrada desde mediados de 2005. El pasado año se abrió sólo unos meses. Y durante la última primavera se llevó a cabo una campaña experimental muy criticada por los pescadores españoles, ya que la Comisión Europea permitió la venta de las capturas. Ellos se negaron, a diferencia de sus colegas franceses, y recriminaron al Ejecutivo que respaldara dicha campaña, al entender que tenía poco de científica y que suponía un levantamiento encubierto de la veda.

Con estos antecedentes se llegó el martes al Consejo de Ministros de Pesca de la UE para negociar las cuotas pesqueras. La sorpresa llegó en forma de pacto entre las cofradías de Euskadi, Cantabria, Asturias y Galicia y el sector francés, dos partes históricamente enfrentadas. Acordaron pedir a sus respectivos gobiernos y a la Comisión Europea la reapertura de la pesca de la anchoa con una cuota de 8.000 toneladas, 6.800 para los españoles y 1.200 para los franceses. La propuesta cayó en saco roto.

La ministra de Agricultura y Pesca, Elena Espinosa, se mostró ayer sorprendida por este acuerdo. Y para subrayar la incoherencia de los pescadores del Cantábrico recomendó acudir a "la hemeroteca" para comprobar que hasta hace unos días defendían el mantenimiento de la veda de la anchoa.

El presidente de las cofradías de pescadores de Vizcaya, Iñaki Zabaleta, admitió la incongruencia de los arrantzales, porque el estado de la anchoa sigue siendo malo -"aun estando mal, está mejor que el año pasado", matizó-, pero defendió que es la solución "menos mala" para el sector. En medio de este juego de palabras, Zabaleta trató de justificar el cambio de postura del sector alegando que pasa por una situación económica "insostenible".

La pesca apenas supone un 1% del PIB en Euskadi. Pero dentro de esta actividad, la anchoa representa el 40%, ya que es una de las tres grandes campañas de la flota de bajura junto con la del bonito y el verdel. "La gente no puede soportarlo más. Es una cuestión de necesidad imperiosa", aseguró. Los arran-tzales llevan casi tres años sin comercializar anchoa y sostienen sin parar que las ayudas que reciben son "insuficientes". "Por lo menos, que nos den lo suficiente para sobrevivir este año", enfatizó. Y en cuanto a las acusaciones de incongruencia, en las que ayer insistió el PSE-EE, trató de devolvérselas a Espinosa echándole en cara que la campaña experimental sí que supuso una incoherencia. Acusó además a la ministra de plegarse siempre a los intereses de Francia.

El Gobierno vasco calificó la decisión de la UE como la "menos mala", aunque, en su opinión, llega "tarde", porque la pesquería se debería haber cerrado hace cuatro años.