Bush desoye el informe que rebaja la amenaza nuclear del régimen iraní
El presidente asegura que todas las opciones siguen abiertas ante el peligro
Al presidente George W. Bush le contradicen. Nada menos que el Informe de la Inteligencia Nacional (NIE, en sus siglas en inglés). Si el presidente insistía hace apenas unas semanas en que un Irán con un arma nuclear significaba la III Guerra Mundial, el espionaje de Estados Unidos ha dejado claro que eso está lejos de suceder, lo que supone un duro golpe a la política exterior de Washington hacia el régimen de los ayatolás.
Tras la revelación realizada el lunes de que Irán frenó su programa de armas nucleares hace cuatro años, el presidente convocó de inmediato a la prensa, algo que no sucedía desde mediados de octubre. Bush no cedió un milímetro de terreno sobre sus anteriores posiciones: "Irán era un peligro, es un peligro y continuará siendo un peligro".
El Baradei: "Este informe está en línea con lo que dice la AEIA"
"Veo el informe como una señal de aviso de que tuvieron un programa y lo pararon. Y la razón de que el informe sea una señal de aviso es que pueden volver a ponerlo en marcha".
La Casa Blanca está envuelta en una campaña por presentar el documento como un triunfo, alegando que la estrategia diplomática ha surtido efecto, pero también supone encontrar fórmulas que alejen del subconsciente colectivo la retórica guerrera de Bush y su vicepresidente, Dick Cheney.
Esto último más difícil a la vista de la rueda de prensa de ayer. "La mejor diplomacia, la diplomacia más efectiva, es aquella en la que todas las opciones están sobre la mesa", recalcó, al preguntársele si seguía barajando la respuesta militar.
"El informe nos da una oportunidad para seguir cohesionando a la comunidad internacional y presionar al régimen iraní para suspender su programa", insistió un Bush que en ningún momento cedió a la evidencia presentada en el NIE. "Irán sigue en el proceso de intentar enriquecer uranio, por lo tanto... (...) Irán sigue siendo peligroso". El informe "no me ha hecho cambiar de opinión sobre el peligro iraní", dijo el presidente antes de abandonar el podio.
Lo presentado en el último informe de la Inteligencia Nacional se acerca bastante a los datos que aporta la Agencia Internacional de la Energía Atómica (AIEA), con sede en Viena. Y desde luego queda muy lejos de la tesis planteada por los halcones de la Casa Blanca. Según el máximo negociador en materia nuclear de la ONU, el egipcio Mohamed el Baradei, "este informe está en línea con las afirmaciones de los últimos años de la AEIA de que, aunque Irán necesita clarificar algunos aspectos de sus actividades nucleares en el pasado y el presente, la agencia no tiene evidencias concretas de que hay un programa de armas nucleares en marcha".
Bush dijo ayer que en agosto hubo un "gran descubrimiento" que permitió este cambio en las sospechas de las agencias de inteligencia norteamericanas. El presidente no dio más detalles de este descubrimiento, sólo que el director de la Inteligencia Nacional, Mike McConnell, irrumpió en su despacho en verano y pronunció la siguiente frase: "Tenemos nueva información". "Sin entrar en fuentes y métodos", dijo ayer Bush, "las agencias han hecho un gran descubrimiento. Hemos analizado el descubrimiento y ahora es parte de nuestra política gubernamental", le costó reconocer al presidente.
Los Informes de Inteligencia Nacional no tienen una trayectoria impecable. El del año 2002 afirmaba que Irak poseía armas de destrucción masiva, lo que llevó al Congreso de Estados Unidos a votar a favor de la invasión y el derrocamiento de Sadam Husein. Cinco años después se ha descubierto que aquel informe estaba plagado de errores y llevaba a conclusiones falsas. Jamás se han encontrado ese tipo de armas en Irak.
La opinión de las agencias de espionaje
Extractos del informe Intenciones y capacidades nucleares, elaborado conjuntamente por las 16 agencias de espionaje de Estados Unidos:
A. Plan abortado. Consideramos con un alto grado de seguridad que, en el otoño de 2003, Teherán detuvo su programa de armas nucleares; también creemos con un grado de seguridad medio-alta que como mínimo Teherán mantiene abierta la opción de desarrollar armas nucleares.
- Presión externa. Estimamos con un alto grado de seguridad que la interrupción -y el anuncio de Teherán de su decisión de suspender su programa de enriquecimiento de uranio y de firmar el Protocolo Adicional del Tratado de No Proliferación Nuclear- fue básicamente una respuesta a las crecientes presiones y controles internacionales, derivados del desenmascaramiento de actividades nucleares previas, que había ocultado.
- Fines militares. Consideramos con un alto grado de seguridad que, hasta el otoño de 2003, equipos militares iraníes trabajaron bajo la dirección del Gobierno para desarrollar armas nucleares.
- Interrupción. Creemos con alto grado de seguridad que la interrupción duró al menos varios años. [...]
- Incógnita de futuro.Consideramos con moderado grado de seguridad que, hasta mediados de 2007, Teherán no había retomado su programa de armas nucleares, pero no sabemos si actualmente tiene intención de desarrollarlo.
- Armas nucleares. Seguimos creyendo con un grado de seguridad medio-alto que Irán no tiene actualmente armas nucleares.
- La decisión de parar el programa de armas nucleares sugiere que Teherán está menos decidida a desarrollar ese tipo de armamento de lo que hemos venido creyendo desde 2005.
B. Cantidad insuficiente. Seguimos considerando con un grado bajo de seguridad que Irán ha importado probablemente material fisible utilizable en la fabricación de armas, pero creemos con un grado de certeza medio-alto que no ha conseguido suficiente cantidad para un arma nuclear.
- No podemos excluir que Irán haya adquirido en el extranjero, o adquiera en el futuro, un arma nuclear o suficiente material fisible para un arma. Impidiendo esa posibilidad, si Irán quisiera tener armas nucleares, necesitaría producir por su cuenta material fisible en cantidad suficiente -lo que creemos con alto grado de certeza que todavía no ha hecho.
C. Centrifugadoras. Creemos que el enriquecimiento de uranio mediante centrifugadoras es la forma más rápida con la que Irán podría producir suficiente material fisible para un arma, si decide hacerlo. Irán reinició oficialmente sus actividades de enriquecimiento en centrifugadoras en enero de 2006, pese al mantenimiento de la interrupción de su programa de armas nucleares. Irán logró significativos avances en 2007 instalando centrifugadoras en Natanz, pero estimamos con moderado grado de seguridad que todavía se enfrenta a problemas técnicos significativos para hacerlas funcionar.
- Consideramos con moderada certeza que la fecha más temprana en la que Irán sería capaz de producir suficiente HEU (uranio altamente enriquecido) para un arma es a finales de 2009, pero eso es muy improbable.
D. Entidades iraníes siguen desarrollando tecnologías que podrían ser aplicadas en la producción de armas nucleares. [...]
E. No tenemos elementos suficientes para juzgar con certeza si Teherán tiene la voluntad de mantener la suspensión de su programa de armas nucleares indefinidamente mientras evalúa sus opciones, o si fijará, o ya tiene fijados, criterios o plazos para reiniciar el programa.
- Nuestra evaluación de que Irán paró el programa en 2003 en respuesta a la presión internacional indica que las decisiones de Teherán están guiadas por un criterio de coste-beneficio más que por una urgencia del arma atómica ajena a los costes políticos, económicos y militares.
F. Consideramos con moderada certeza que Irán podría usar instalaciones encubiertas (en lugar de los emplazamientos nucleares declarados) para producir uranio enriquecido. Un creciente número de elementos indica que Irán mantuvo actividades de enriquecimiento y conversión de uranio en instalaciones encubiertas, pero creemos que estos esfuerzos fueron probablemente interrumpidos con el parón del otoño de 2003 [...].
G. No antes de 2015. Consideramos con alto grado de seguridad que Irán no será técnicamente capaz de producir y reprocesar suficiente plutonio para un arma antes de 2015.
H. Capacidad probada. Estimamos con alto grado de seguridad que Irán tiene la capacidad científica, técnica e industrial para fabricar, eventualmente, armas nucleares, si lo decide.
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