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Columna
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República sin tierra

Anoche se clausuró, en el aula magna de La Nau, el Congreso Internacional Valencia, capital de la República (1936-1937). Durante tres días, especialistas en diversas materias, profesores de varias universidades, historiadores y escritores, abordaron una muy amplia e interesante temática relacionada con la ciudad y con aquel II Congreso para la Defensa de la Cultura en una Valencia capital también de la solidaridad y del antifascismo. Más tarde, en 1987, cuando se conmemoraba el cincuenta aniversario de aquel encuentro internacional, en el que Carles Salvador leyó la ponencia valenciana, alguien dijo que el olvido del fascismo era tanto como acomodarlo en la antesala. Y no se equivocó. Recientemente, la sede de Esquerra Republicana del País Valencià ha sido objeto de un atentado de la extrema derecha: un artefacto explosivo y con metralla ha ocasionado daños materiales considerables. La diputada autonómica y coordinadora de EU, Glòria Marcos, ha responsabilizado al Consell del PP "del clima que lo ha provocado con su explotación permanente de la tensión anticatalanista y del victimismo rancio, argumentos que están dándole alas a la extrema derecha de este país". El fascismo es el residuo de la pudrición capitalista, pero puede serlo igualmente, en clave más actual, de la insoportable corrupción del neoliberalismo. En todo caso, lo tenemos en la antesala, aunque muchos prefieran meter la cabeza bajo el olvido, por comodidad o por secreta empatía. De manera que Valencia deja de ser capital de la República, en las sesiones congresuales, como dejó de serlo hace setenta años, en la fiereza de la guerra, y los partidos que la evocan sufren agresiones, hasta ahora, impunemente. República sin tierra. Y lo que aún resulta más doloroso y vergonzante, republicanos sin tierra. Huesos de republicanos fusilados por el franquismo, siempre en zozobra, cuando no arrojados a una cantera, como denunció Antonio Montalbán cuando era concejal por EU en el Ayuntamiento de Valencia. ¿Se puede perpetrar, al margen de la última sentencia judicial, la profanación de una fosa común sin ningún escrúpulo? Es algo moralmente y sin paliativos indecente y escandaloso. El Fòrum per la Memória del País Valencià considera que una actuación así atenta contra la dignidad de los ejecutados por la dictadura, vulnera la recientemente aprobada Ley de la Memoria Histórica y el Convenio de Ginebra, "en el que se dispone que las víctimas civiles de conflictos armados tienen derecho a una sepultura a perpetuidad". Si el fascismo es el despojo oscuro que trata de abatir las libertades, hay también comportamientos intolerables que se cometen astutamente al amparo de la democracia, y esos comportamientos deben denunciarse y exponerse en la picota. El mismo Antonio Montalbán ha manifestado que, si bien el gobierno municipal se mostró, en este caso y desde el principio, arrogante e irrespetuoso, la alcaldesa Rita Barberá formuló personalmente, en un pleno del Ayuntamiento, el compromiso de no construir los nichos en la zona, dado que pueden cubrirse las necesidades de ampliación del cementerio en la del ensanche. Doña Rita, lo que se da, ya sabe.

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