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El vertido de 120.000 toneladas de alpechín en Atarfe afecta a los acuíferos

El alcalde del municipio, juzgado por un vertido que duplica al del Prestige

Javier Martín-Arroyo

La mayor cavidad termal del país situada en Atarfe (Granada) resultó afectada por un vertido de más de 120.000 toneladas de alpechín, un derivado del aceite muy contaminante. El nefasto vertido en la cavidad de Raja Santa ha alcanzado ya al acuífero de Sierra Elvira, conectado al de la Vega granadina (328 hectómetros), y que podría alterar la composición del agua utilizada para regadíos y consumo de la población, avisan los expertos.

El titular del Juzgado de lo Penal 2 de Granada, Juan Carlos Cuenca, juzga ahora a los presuntos responsables de un grave delito ecológico: el alcalde de Atarfe, Víctor Sánchez (PSOE), su teniente alcalde, Tomás Ruiz, el concejal de Medio Ambiente, Luis Pozo y el Director general de Bienes Culturales de la Junta, José María Visedo.

Las pruebas documentales aportadas al juez revelan la gravedad del desastre, que duplica el producido desde el famoso petrolero Prestige. A 140 metros bajo tierra, grasas vegetales se confunden con las aguas subterráneas, antaño cristalinas y ahora ennegrecidas. Sierra Elvira es un macizo calizo muy permeable por sus fisuras y que originó numerosas simas y cuevas. "La capacidad de penetración de los contaminantes es lenta y por eso los indicios han tardado en aflorar", confirma el geólogo José Terrón, de Ecologistas en Acción.

El Ayuntamiento permitió que cinco grandes balsas con capacidad para 140.000 toneladas fueran rellenadas con tierra, escombros y elementos metálicos. La obra se realizó "sin estudio geológico de la zona, ni de las correspondientes licencias de obras y contratos de realización y encargado verbalmente por los representantes del Ayuntamiento a la empresa Excavaciones Hermanos Arroyo", denuncia el fiscal en su contundente decreto.

El derrame de las balsas se ha producido a medida que los camiones descargaban arena sobre las bolsas y ésta no absorbía el alpechín, que afloraba a la superficie debido a su menor densidad. Los camiones debieron arrojar escombros hasta crear unas pequeñas montañas artificiales. "Tras descartar por su precio la retirada del contenido de las balsas, decidieron su relleno mediante tierra, escombros y elementos metálicos de presentados", denuncia el fiscal. El Ministerio Público pide para los responsables municipales un año y medio de prisión o una pena de inhabilitación para cargo público de ocho años y una multa de 12.960 euros para cada uno.

La Confederación Hidrográfica del Guadalquivir abrió un expediente sancionador contra la empresa Rústicas del Río S. L. en 2006, que determinaba los "altos contenidos en DQO y DBO5 (sólidos en suspensión)", y alertaba del "grave peligro de afección generalizada a los recursos subterráneos de toda la zona".

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El vertido afecta a la zona arqueológica de Sierra Elvira, declarada en 2004 como Bien de Interés Cultural, lo que ha provocado la imputación del Jefe del Servicio, José María Visedo. "Estos vertidos suponen una actuación ilegal de alto impacto negativo contra el patrimonio arqueológico", censuró un informe de la propia Consejería de Cultura.

El juicio se inició la semana pasada pero se interrumpió debido a una subida de tensión que sufrió el alcalde y ex vicepresidente de la Diputación, Víctor Sánchez. "No entiendo por qué me siento en el banquillo. Era un suelo privado, yo no podía rellenar nada y el Instituto Geológico Minero negó la contaminación en el terreno", se queja Sánchez. El fiscal disiente por completo: "Excavaciones Hermanos Arroyo procedió al rellenado de las balsas bajo la directa supervisión de los acusados, que se desplazaban asiduamente al lugar para el control de los vertidos".

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Sobre la firma

Javier Martín-Arroyo
Es redactor especializado en temas sociales (medio ambiente, educación y sanidad). Comenzó en EL PAÍS en 2006 como corresponsal en Marbella y Granada, y más tarde en Sevilla cubrió información de tribunales. Antes trabajó en Cadena Ser y en la promoción cinematográfica. Es licenciado en Periodismo por la Universidad de Sevilla y máster de EL PAÍS.

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