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Reportaje:

Teo no tiene quien lo audite

Ninguna consultora se atreve a revisar las cuentas de 14 años del PP

Se busca economista para cuadrar 14 años de cuentas del gobierno de Armando Blanco en Teo. Después de convocar un concurso público para contratar una auditoría por 50.000 euros que quedó desierto, el nuevo alcalde de este ayuntamiento próximo a Santiago, el nacionalista Martiño Noriega, ha recurrido a un procedimiento negociado invitando a tres consultoras de reconocido prestigio para que le den una idea de la situación contable de su ayuntamiento. De momento, no ha obtenido respuesta.

Ni el interventor municipal, ni la secretaría, ni mucho menos el gobierno entrante se atreven cinco meses después del relevo en el concello a cifrar la deuda acumulada en los cuatro mandatos de Blanco. Saben que se dilapidó el presupuesto anual durante el primer semestre por un alarde de sinceridad del ex alcalde en el último pleno. "En un año electoral no pensarían que iba a dejar el dinero sin gastar", espetó Blanco desde los bancos de la oposición.

"En año electoral no pensarían que iba a dejar dinero sin gastar", dijo Blanco
Hay una deuda de 23.000 euros por una escultura colocada dos días antes de votar

En este municipio con 18.000 habitantes donde la mitad de la población carece de servicios básicos, las pistas de la deuda -que fuentes del consistorio sitúan por encima de los cuatro millones de euros- van llegando en forma de facturas, semana sí, semana también, al edificio consistorial en la parroquia de A Ramallosa.

El último albarán es de un artista que reclama 23.000 euros por una escultura que el alcalde ordenó colocar en el centro de Cacheiras el víspera de la jornada de reflexión. Al menos una decena de pequeños constructores acuden cada poco a preguntar en las dependencias municipales qué hay de lo suyo. Lo suyo son un número indeterminado de contratos menores que la coalición de Blanco y el tránsfuga socialista que le apoyaba, Manuel Parajó, adjudicaron sin asignación presupuestaria un mes antes de las últimas elecciones. Trabajos de asfaltado, alcantarillado y saneamiento que en cinco casos la nueva corporación no ha podido abonar por falta de crédito.

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Pese a la asfixia financiera, Noriega ha tomado algunas decisiones de urgencia con cargo a los presupuestos del año que viene. Ha rescindido el contrato con la televisión local que alternaba interferencias y actos gastronómicos de Armando Blanco. Y al asesor jurídico del alcalde se le ha entregado el preaviso de despido. Igual que al experto en urbanismo que guiaba las actuaciones de Manuel Parajó en un municipio con las normas subsidiarias suspendidas desde el año 2001.

El desaguisado en la contabilidad es uno de los muchos problemas que la anterior coalición de gobierno ha dejado como herencia. Sin trapaso de poderes, el nuevo gobierno confió sus esperanzas a la informática hasta que comprobó que ni el anterior regidor, ni ninguno de sus concejales usaban ordenador. Tampoco hay informes escritos de los proyectos en marcha, y la empresa concesionaria del servicio de aguas, Aquagest, inició el viernes los trámites para elaborar un plan director que le permitirá saber cuántos tramos de alcantarillado existen. Hasta ahora se improvisaban de parroquia en parroquia en función de los compromisos electorales.

En el local social donde el nuevo gobierno ha encontrado acomodo a la espera de que se acaben las obras del consistorio han aparecido algunas otras sorpresas. Un puñado de cuadros contemporáneos de Bóveda, Bastos o Quessada con lo marcos rotos acumulaban moho en los sótanos del edificio y han tenido que ser restaurados. El proyecto de reforma de la nueva casa consistorial también fue corregido para hacer sitio a nuevos despachos, ya que sólo estaban previstos los del alcalde y su concejal de Urbanismo, los verdaderos cerebros que hacían andar la maquinaria municipal.

El segundo de ellos, Manuel Parajó, un histórico en el ayuntamiento que ha integrado las listas del PSOE y pactado con el PP como independiente, alardea estos días por las tabernas de que al actual alcalde "le quedan dos telediarios" y dice contar con socios capitalistas para cambiar el Gobierno, aunque no explica la fórmula. Es el mismo edil que admitió compatibilizar la Concejalía de Urbanismo y los negocios inmobiliarios dentro de su ayuntamiento.

Mientras, en su despacho provisional, Martiño Noriega aguarda la respuesta de las consultoras: "Es como un juego de estrategia, y a mí me toca cambiar las estructuras de un ayuntamiento medieval".

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