La situación de la ganadería

Estamos viviendo la ganadería, en general, una situación crítica donde las pérdidas se van acumulando día a día. El motivo no es otro que el aumento brutal que han experimentado los cereales en su cotización y el descenso que se ha producido en nuestros productos cárnicos.

El maíz y la cebada son cereales básicos en la alimentación del ganado; pues bien: la primera semana de julio la cebada se cotizaba en el 2006 a 120 euros la tonelada, y un año después, en julio de 2007, lo ha hecho a 198,33 euros la tonelada, o sea, la subida ha sido de un 40%. El maíz de cotizarse a 143,04 euros a tonelada en julio de 2006, este año lo hacía a 198,33 euros la tonelada, experimentando un aumento del 38,65%. Si las subidas fueron espectaculares en el periodo julio 2006-julio 2007, en el que abarca julio 2006-septiembre 2007 el calificativo es ya de alarmante; la cebada ha pasado de pagarse a 120 euros la tonelada, hasta los 231,39 euros la tonelada, aumentando su precio en un 92,5%.

El maíz, de cotizarse a 143,04 euros la tonelada, a valer los 258,44 euros la tonelada, o lo que es lo mismo, se ha apreciado su valor hasta un 80,67%.

Nuestros productos cárnicos, en cambio, han bajado de forma generalizada. En el mismo periodo comparativo, julio 2006 y julio de 2007, el pollo se mantuvo, el conejo bajó un 10%, el cordero tuvo el mismo signo (-20,35%), el cerdo también (-5,87%), y el vacuno, un 10,35%.

Hasta ahora hemos sido los ganaderos los que estamos soportando las subidas sin precedentes del cereal, al consumidor sólo le ha afectado en productos como el pan, leche y derivados, pero si no recibimos ayudas muchas explotaciones ganaderas están abocadas al cierre.

Una vez que haya bajado dramáticamente el censo ganadero, (hasta que las carnes alcancen un precio competitivo con el del cereal), por lo cual será escaso el género que habrá en el mercado, y me pregunto: ¿va a ser un lujo alimentarnos? ¿Qué pasará cuando lleguemos a abril, mayo, junio, en el que el cereal escaseará?

¿Estamos preparados, la sociedad en general, para paliar los efectos del cada vez más probable cambio climático, venida de años secos con producciones agrícolas paupérrimas.