'El orfanato' abre el fuego en Sitges
La película de Juan Antonio Bayona crea una enorme expectación
Cuando los responsables de Sitges'07 anunciaron su intención de abrir la programación del festival, que en esta edición cumple cuarenta años, con El orfanato, ópera prima de Juan Antonio Bayona, hubo quien lo consideró una decisión temeraria. La reciente selección de la película como candidata española a concurrir en la carrera de los Oscar, sumada a su aplaudido paso por los festivales de Cannes, Toronto y Nueva York, convirtió ayer la gala inaugural del certamen en todo un acontecimiento, la mejor opción posible para abrir fuego en un contexto que ha hecho de su compromiso con el cine fantástico su seña de identidad y que, además, puede presumir de ir integrando en su historial a realizadores que forjaron su vocación y sus maneras como viejos espectadores en esta cita anual de culto.
Cuento gótico con espectrales niños perdidos, El orfanato es una película llamada a convertirse en fenómeno de taquilla, que enlaza con la peculiar sensibilidad hacia los claroscuros de la infancia que su director ya exploró, bajo claves estéticas muy distintas, en sus trabajos como cortometrajista. Bayona ha demostrado también, como realizador de videoclips, ser un capacitado imitador de voces: sus piezas al servicio del grupo Camela conforman un rico catálogo de tonos y texturas sin fáciles recursos a la ironía cómplice. Lamenta mucho este cronista no poder sumarse al entusiasmo generalizado por El orfanato, película competente, profesionalísima, sólida y eficaz, pero en la que el Bayona autor se ve demasiado oscurecido por el Bayona camaleón de ecos y estilos. No es una mala película, pero podía haber ido mucho más lejos.
En la jornada inaugural también destacó la proyección de Stardust, de Matthew Vaughn, productor del primer Guy Ritchie (¡y marido de Claudia Schiffer!) revelado como director sobresaliente con Layer Cake. Adaptación de un cuento de hadas adulto escrito por Neil Gaiman -novelista y estelar guionista de cómics-, Stardust contiene notas heterodoxas -entre ellas, un Robert de Niro pasado de pluma y un impagable papel secundario del cómico Ricky Gervais-, pero su inspiración es intermitente y su retórica visual de planos aéreos e imágenes ralentizadas recuerda a una versión del pobre de la trilogía de los anillos de Peter Jackson.
No necesariamente lo mejor, pero sí lo más inclasificable de la jornada fue el documental Zoo, de Robinson Devor, documental sobre la salida a la luz pública de una comunidad de zoófilos lastrado tanto por su forzado envoltorio poético como por su abusivo recurso a las reconstrucciones dramatizadas. Zoo abrió la sección competitiva Noves Visions, pero habrá que esperar a la segunda jornada del festival para que arranque la sección oficial Fantàstic que es, sin duda, el buque insignia del certamen. El pistoletazo de salida lo dará otra producción nacional, Rec, de Jaume Balagueró y Paco Plaza, que tuvo su bautismo de fuego en el pasado festival de Venecia.
Babelia
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