"Todo drama es terrorífico"
Bajo la piel de Laura, su personaje en El orfanato, de J. A. Bayona, Belén Rueda (Madrid, 1965) vuelve a sumergirse en un ejercicio de intensidad interpretativa. Su labor demuestra que el género no sólo se nutre de reinas del grito.
Respuesta. La racha empezó con Alejandro Amenábar. Parece que en este país tenemos una mentalidad tan cerrada que, si trabajas en televisión, todo el mundo piensa que no puedes hacer cine. Tendemos a encasillar a los actores y directores dentro de un género, pero basta con que alguien se atreva a dar el paso para que se desmonte el prejuicio.
P. También hay ciertos prejuicios hacia el cine de terror, pero su personaje es tremendamente complicado.
R. Laura tiene el complejo de Wendy, se queda anclada en su papel de cuidadora o madre, pero, a la vez, tiene los sentimientos de culpa y la obsesión porque las cosas no cambien y por lograr lo que quiere de una mujer madura. Su coraje se vuelve en su contra.
P. ¿Cómo la sedujo Bayona para embarcarse en este proyecto?
R. Lo primero que me fascinó fue el guión de Sergio G. Sánchez, su construcción, su manera de manejar los sentimientos y las relaciones entre los personajes. En los cortos de Bayona vi a un director capaz de sacar insólitos registros en los actores infantiles. Entiende muy bien el mundo de la infancia.
P. ¿Es El orfanato una película de terror o un drama disfrazado?
R. Todo drama es terrorífico. Toda situación descontrolada te provoca angustia y miedo. El orfanato, en el fondo, habla de cosas universales: el miedo a la muerte, a perder a un ser querido. El terror te da la posibilidad de explorar el mundo de la mente, que no tiene límites."En los cortos de Bayona vi que sacaba insólitos registros en los actores infantiles"
Babelia
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