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Los presidentes de las cajas asumen que los planes de Ibarretxe aplazan sin fecha su fusión

Las patronales respaldan el proyecto, pero evitan pronunciarse sobre las razones de su frenazo

Los presidentes de las tres cajas vascas, Xabier de Irala (BBK), Carlos Etxepare (Kutxa) y Gregorio Rojo (Vital) asumen que la irrupción del lehendakari Ibarretxe con su consulta soberanista ha dejado varada la fusión en vía muerta por tiempo indefinido. "Frustración" es la palabra elegida por fuentes de las entidades para describir la el estado de ánimo de sus principales responsables, tras constatar que los planes de Ibarretxe quiebran las condiciones ambientales requeridas para lanzar la operación. Sin embargo, la crítica implícita lanzada por los presidentes al referirse al "escenario de incertidumbre abierto en el País Vasco", fue ayer evitada por las patronales vascas, que guardaron un completo silencio sobre las causas políticas del frenazo a la fusión.

Con su comunicado quisieron abrir una puerta para que los demás agentes económicos les siguieran

"No sabemos por cuanto tiempo, pero ha sido el lehendakari el que ha enterrado la integración en la que estábamos trabajando", manifestó ayer un directivo de una de las tres cajas vascas. De hecho, el encabezamiento del comunicado conjunto aprobado el martes por los presidentes en Madrid -"Ante el escenario político de incertidumbre abierto en el País Vasco..."- se refiere, según las fuentes consultadas, única y exclusivamente a los planes de Ibarretxe de convocar su consulta, pese a quien pese, y que consideran cuando menos "poco acertada". Aunque fue el secretario general del PSE de Álava, Txarli Prieto, quien esa misma jornada dio por aparcada la operación, los responsables de las tres cajas fueron conscientes de que la fusión encallaba el pasado viernes, cuando escucharon a Ibarretxe poner fecha a una consulta sobre la autodeterminación, con o sin acuerdo previo y haya o no violencia terrorista.

De hecho, aprovecharon su presencia en la inauguración de la sede de Euskal Etxea en Madrid para lanzar un comunicado conjunto con un contenido muy distinto al que se esperaba antes del discurso de Ibarretxe. La previsión inicial era un pronunciamiento para reclamar a partidos e instituciones que lanzaran de una vez la fusión, sin esperar a la renovación de las asambleas de las cajas en marzo. En esta clave se leyeron las palabras de Gregorio Rojo, el miércoles, y de Xabier de Irala, el viernes, apelando a "los responsables de nuestras instituciones y entidades fundadoras" para que "lleguen a los acuerdos necesarios" para facilitar el proceso de integración.

Por el contrario, el comunicado elaborado por los tres presidentes en el hotel Palace madrileño, aunque reitera esta idea, denota que dan por congelada la fusión durante bastante tiempo. Si bien en el texto se evita cualquier referencia personal, fuentes de las cajas ponen nombre y motivo a la "incertidumbre": el lehendakari Ibarretxe y su nueva propuesta soberanista.La última frase busca precisamente dejar claro que las turbulencias causadas por aquellos a quienes compete "generar el clima de consenso y acuerdo que la sociedad reclama" ha tenido ya la consecuencia de frustrar una operación que se consideraba positiva para el conjunto del país. "Entre tanto, las Cajas Vascas seguiremos trabajando e impulsando nuestros respectivos proyectos empresariales", concluye significativamente el comunicado.

Los presidentes midieron cada una de sus palabras, porque esperaban que todas ellas tuvieran una repercusión mediática clara. Su objetivo era censurar el nuevo clima instaurado en Euskadi, que rompe la dinámica de cuatro años en los que se ha intentado construir puentes entre concepciones políticas diferentes. Los presidentes, liderados por Irala y convencidos de la imperiosa necesidad empresarial de la fusión, quisieron abrir con su comunicado una puerta para que el resto de los agentes económicos les siguieran en la crítica, para demostrar que un plan que divide a la sociedad no es bueno para los proyectos económicos y sociales de Euskadi.

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Esperaban que las patronales, una vez que las cajas habían iniciado un camino de queja, se atrevieran a evaluar los problemas que la propuesta de doble consulta de Ibarretxe podía acarrear. De momento, no lo han logrado. Las patronales vascas tienen miedo a pronunciarse. Su organización confederal (Confebask), que agrupa a las territoriales, se limitó ayer a asegurar a través de un portavoz que se reiteraba en las virtudes de la fusión para la economía vasca. Por lo tanto, lamentó sin otro tipo de consideraciones que la operación se guarde en un cajón, sin fecha para ser recuperada.

Pero del fondo de la cuestión, del factor que ha frustrado el proyecto, ningún pronunciamiento. Sencillamente, un "no opinamos". La patronal vasca todavía recuerda las heridas que se abrieron en la organización tras su declaración de rechazo, en octubre de 2002, del borrador del primer plan Ibarretxe por considerar que se planteaba "desde la unilateralidad" y podía llevar a "la fractura y el enfrentamiento social". La presión peneuvista encabezada por Xabier Arzalluz, que llegó a descalificar personalmente al entonces presidente de Confebask, Román Knörr, dejó a la patronal al borde de la ruptura.

El intento peneuvista de neutralizar la crítica de Confebask abrió un cisma entre las territoriales e incluso generó un debate interno la guipuzcoana Adegi que estuvo cerca de llevarle a una escisión. Desde entonces, el silencio sobre las iniciativas políticas ha sido una premisa de la patronal, aunque, como ha recordado Román Knörr en varias ocasiones, aquel texto crítico sobre el plan Ibarretxe es el único que se ha aprobado en Confebask sobre la cuestión, y jamás ha sido derogado.

Por su parte, la ejecutiva de Euskadi del PSE recordó ayer en una declaración su disposición a un "debate sereno" sobre la integración de las cajas, que requiere, a su juicio, "estabilidad y confianza", y "equilibrios políticos, territoriales, económicos y sociales". Sin embargo, considera que este proceso es imposible abordarlo "con un lehendakari que no se sabe a qué escenario quiere llevar al país" y "hace propuestas al margen de sus competencias y de las reglas del Estado de Derecho".

De izquierda a derecha, Gregorio Rojo, Carlos Etxepare  y Xabier de Irala, el martes en Euskal Etxea de Madrid.
De izquierda a derecha, Gregorio Rojo, Carlos Etxepare y Xabier de Irala, el martes en Euskal Etxea de Madrid.G. L.

LAS ÚLTIMAS DECLARACIONES

Gregorio Rojo (26/ 9): Ha llegado el momento de "dar pasos decididos" hacia la fusión "en un compromiso en clave empresarial, de construcción de país y en beneficio de nuestros clientes y de la sociedad a la que servimos".

Xabier de Irala (28/9): "Apelo a los responsables de nuestras instituciones y entidades fundadoras para que asuman con decisión el liderazgo político que la sociedad demanda y lleguen a los acuerdos necesarios, en orden a facilitar el proceso de integración".

Comunicado conjunto de los tres presidentes (2/10): "Ante el escenario político de incertidumbre abierto en el País Vasco (...) reiteran que la integración de las cajas vascas es una operación empresarial y de creación de valor económico y social".

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