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El ministerio resta validez al resultado

La primera crítica que el Ministerio de Sanidad hace al Índice de Consumidores de la Sanidad Europea es su falta de rigor metodológico. Según una apreciación hecha en el departamento que dirige Bernat Soria, ésta es su principal lacra, por lo que no se pueden hacer clasificaciones, afirma un portavoz. De acuerdo con esta fuente, no se explica bien de dónde salen los datos, y se mezclan las informaciones de distintos orígenes.

Más de fondo es la crítica que se refiere al enfoque. Según un portavoz de Sanidad, el estudio tiene un enfoque centrado en el consumo, incompatible con el sistema español, que ha hecho de la universalidad y la gratuidad su bandera. Este aspecto no se valora, y en cambio sí se hace con otros, como el acceso directo a un especialista, lo que en un sistema público tiene menos sentido.

Además, los datos no coinciden con el barómetro de la propia UE, que sitúa a Reino Unido y España en los puestos sexto y séptimo, mientras que en este trabajo caen hasta el 17º y el 14º respectivamente.

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