Altas torres que no han caído
Levantadas en tiempos de violencia fronteriza, las murallas son el recordatorio de un mundo atroz, pero también la orgullosa enseña de aquellas villas que no han sucumbido al asedio de la moderna vulgaridad urbanística, que han sabido defender sus altas torres almenadas contra un ejército de especuladores, hormigoneras y gnomos de jardín. Éstos son los más importantes recintos fortificados de Madrid y de las provincias aledañas:
- Buitrago del Lozoya. Al pie de Somosierra, antaño belicoso paso de moros y cristianos, se alza la única villa de la región que conserva completo su recinto fortificado: una muralla de más de 800 metros de longitud, nueve de altura y tres de espesor, que se erige imponente sobre una cerrada curva del río Lozoya desde el siglo XII, si no antes. La puerta principal -con acceso en recodo, para mejor defenderla de los atacantes- se abre en el muro meridional, bajo la torre del Reloj, cobijada por un arco ojival y otro de herradura. Justo encima, hay un tramo rehabilitado del adarve -unos 100 metros- que permite contemplar a vista de ángel la iglesia gótica de Santa María y los tejados del casco viejo, siempre y cuando se concierte la visita en la oficina de turismo (teléfono: 918 68 16 15), porque está cerrado con llave. Otro tramo restaurado, de libre acceso, se halla en el ángulo norte, allí donde Buitrago corta cual proa las aguas verdes del Lozoya. La Feria del Mercado Medieval -que se celebra este fin de semana- es una ocasión muy apropiada para la visita (www.buitrago.org).
Este fin de semana se celebra en Buitrago de Lozoya la Feria del Mercado Medieval
- Alcalá de Henares. De los casi seis kilómetros que llegó a tener la muralla alcalaína en el siglo XV, quedan en pie 1.200 metros flanqueados por 19 torres en el ángulo noroeste de la ciudad vieja, correspondientes a la cerca del Palacio Arzobispal. Erigida en el siglo XIII y reformada en el siguiente por el obispo Tenorio, tiene lienzos de casi siete metros de altura por 1,8 de grosor en las partes más antiguas, y torres que miden más de 11, todo ello de mampostería encintada, con vanos, esquinas y almenas de ladrillo, al más puro estilo alcalaíno. Paseando desde la puerta de Madrid hasta el arco de San Bernardo, por la calle de Andrés Saborit y la Vía Complutense, se ofrece, en sugerente contraste con esta obra medieval, la modernidad del Museo de Esculturas al Aire Libre, con creaciones de Úrculo, Alberdi, Poblador, Pepe Noja... Hay una oficina de turismo (teléfono: 918 81 06 34) en la plaza de los Santos Niños, a cuatro pasos de la muralla (www.ayto-alcaladehenares.es).
- Ávila. Consideradas el mejor ejemplo de fortificación medieval que se conserva en Europa, las murallas de Ávila definen un recinto rectangular de 2.516 metros de perímetro, 12 de altura y tres de espesor medio, con 88 torres y nueve puertas. La mejor vista de las mismas, la que aparece en todas las guías, se obtiene desde el paraje de los Cuatro Postes, en la carretera de Salamanca. Se puede subir al adarve en tres puntos -la puerta del Alcázar, la del Peso de la Harina y la del Carmen- y andar sobre las murallas algo más de un kilómetro, gozando de una insólita perspectiva aérea de las iglesias románicas y de los jardines de las casas palaciegas. El resto del recinto puede verse caminando por el exterior, en un cómodo paseo circular que dura alrededor de una hora. Horarios de visita, precios y otros datos útiles se pueden encontrar en la puerta del Peso de la Harina (teléfono: 920 25 50 88), en el Centro de Recepción de Visitantes de Ávila (teléfono: 902 10 21 21) y en www.avilaturismo.com.
- Segovia. Aunque no las necesitaba, estando en lo alto de una peña tajada por los barrancos del Clamores y del Eresma, la capital segoviana comenzó a rodearse en el siglo XI de una muralla de 3.000 metros de longitud. De las cinco puertas que tuvo, se conservan tres: la de San Cebrián, que se abre al norte; la de Santiago, a la sombra del Alcázar, y la de San Andrés, al mediodía. Sobre esta última, en lo que fue el cuerpo de guardia, se halla el Espacio Informativo de la Muralla (teléfono: 921 46 12 97), con paneles que explican, entre otras curiosidades, el funcionamiento de la puerta de rastrillo. También desde aquí puede subirse al adarve y pasear por él cerca de 300 metros, contemplando por un lado los tejados de la antigua judería, y por otro el vallejo del Clamores, el Pinarillo y la cercana sierra de Guadarrama. Más información, en el Centro de Recepción de Visitantes situado en la plaza del Azoguejo (teléfono: 921 46 67 20) y en www.turismodesegovia.com.
- Palazuelos. A 137 kilómetros de Madrid, en las vecindades de Sigüenza, se halla esta localidad guadalajareña que fue villa pechera de doña Mayor Guillén de Guzmán, querida de Alfonso X el Sabio, y luego de los Mendoza, oculta dentro de un impresionante recinto murado de más de dos kilómetros de longitud, razón por la cual es conocida (por los cuatro que la conocen) como la pequeña Ávila. Tiene tres puertas fortificadas -la principal, con el clásico acceso en zigzag, para facilitar la defensa- e, inserto en el ángulo septentrional, un castillo alto y cuadradote que encargó hacia 1454 don Íñigo López de Mendoza, el famoso poeta y primer marqués de Santillana, al no menos famoso arquitecto Juan Guas, y que desde 1999 está siendo rehabilitado como vivienda privada. Más detalles sobre este ignoto reducto de pura Edad Media se pueden conseguir en la página www.castillodepalazuelos.es y en la oficina de turismo de Sigüenza (teléfono: 949 34 70 07; www.siguenza.es).
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