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CiU y PP atribuyen el recorte del gasto que pide ahora Castells al "derroche" del tripartito

La oposición acusa al Gobierno de haber "estirado más el brazo que la manga"

La oposición de Convergència i Unió y el Partido Popular atribuyeron ayer al "derroche" del tripartito el llamamiento a la contención del gasto que el consejero de Economía, Antoni Castells, ha reclamado al resto del Gobierno catalán. La oposición juzga "excesivos" los incrementos en salarios y gastos corrientes registrados en los últimos años. "Han estirado más el brazo que la manga", coincidieron en señalar desde el PP y CiU, después del descenso en la recaudación de impuestos vinculados a la vivienda. Los grupos del tripartito, en cambio, destacaron el "rigor" de la medida de Castells.

El consejero de Economía y Finanzas, el socialista Antoni Castells, ha pedido al resto de compañeros de Ejecutivo que se aprieten el cinturón y pongan en marcha medidas de ahorro. El recorte que planea Castells podría alcanzar los 900 millones de euros de continuar la tendencia bajista en la recaudación de algunos impuestos relacionados con el mercado inmobiliario, en especial el de Transmisiones Patrimoniales y Actos Jurídicos Documentados.

Las previsiones presupuestarias, de 4.445 millones de euros de recaudación para este ejercicio, se han trastocado por el parón gradual que afecta al mercado inmobiliario. No obstante, el consejero ha pedido que estas medidas de contención no afecten a las inversiones y sí a los gastos corrientes (personal, representación institucional, protocolo y publicaciones).

Nacionalistas y populares ven este recorte una consecuencia lógica del "desorbitado" incremento en cada ejercicio presupuestario de los gastos corrientes. Un portavoz de CiU señaló: "En los últimos presupuestos ha habido un excesivo aumento del gasto corriente. Les será fácil ahora recortar algunas partidas que nunca hubieran tenido que existir". Y añadió: "El hecho de que Castells pida que se aprieten el cinturón pone en duda la solvencia técnica del consejero". "Aquí", concluyó, "se ha estirado más el brazo que la manga".

Idéntica conclusión extrajo el presidente del PP catalán, Daniel Sirera, quien reclamó además al resto de los miembros del Ejecutivo que "hagan caso de Castells y cumplan sus recomendaciones".

El presupuesto de la Generalitat para este año dedica a gastos corrientes 22.420 millones de euros, lo que supone un aumento del 10,8% respecto a 2006, que fue de 20.239 millones. El Departamento de Economía justificó este hecho por la contratación de un mayor número de funcionarios, en especial maestros en aplicación de la sexta hora.

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Los tres partidos de la izquierda cerraron filas en torno al consejero de Economía y elogiaron el carácter "preventivo" de la medida. Los socialistas declinaron, así, valorar la medida: "Castells es quien mejor conoce el estado de las cuentas", apuntaron fuentes del partido. Iniciativa y Esquerra coincidieron en aplaudir la medida, pero pidieron al unísono que ésta no afecte a "programas esenciales del Gobierno".

La portavoz de Esquerra Republicana, Marina Llansana, puso la petición de Castells como un ejemplo de las consecuencias del "mal sistema de financiación" de Cataluña. "Es para evitar situaciones como esta que nuestro partido defiende el concierto económico", recordó.

Dolors Camats, de Iniciativa, elogió el "rigor" de la medida y reprochó a Convergència i Unió no haber tomado decisiones similares cuando gobernaba. "Nosotros nos encontramos un déficit de 1.200 millones de euros cuando llegamos a la Generalitat precisamente porque no supieron contener los gastos", dijo en referencia a CiU.

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