La economía encadena ocho trimestres consecutivos creciendo por encima del 4%

La economía vasca pasa por un momento dulce. En el segundo trimestre de este año, el PIB creció un 4,1%, con lo que Euskadi encadena una tanda de ocho trimestres consecutivos con un crecimiento superior al 4%. Los analistas prevén que esta situación cambie a la baja a mediados del próximo año, confirmando la desaceleración que comenzó a mediados de 2006. El primer trimestre de ese año Euskadi registró la subida más alta del PIB con un 4,4%. El Gobierno ya modificó sus previsiones al alza en junio, fijándolas en el 3,9% para este año y el 3,7% para 2008, y de momento no va a tocarlas, pese al impacto esperado de la crisis financiera importada de EEUU. La Comisión Europea prevé para España un crecimiento del 3,7% este año.

La industria está tomando el relevo a la construcción, que se desacelera, como motor de la economía

Los dos factores que han posibilitado este nuevo crecimiento han sido el empuje de la industria, sobre todo por las exportaciones de bienes de equipo, con un aumento interanual del 13,4%, y la demanda interna, que mantiene su empuje con un ascenso seguido del 4,5%. La componente más dinámica de ésta ha sido la formación bruta de capital, es decir, las inversiones, que han crecido un 6,5%, mayoritariamente centradas en la compra de bienes de equipo. El propio Eustat, que ayer difunbdió los datos, analiza este hecho como relevante a la hora de evaluar la buena salud del modelo de crecimiento vasco: "Este elevado crecimiento ininterrumpido de la inversión constituye la base de la confianza empresarial en el futuro".

El Gobierno vasco se muestra totalmente satisfecho con el hecho de que la economía de la comunidad autónoma siga superando a las de su entorno. En el último trimestre superó en una décima al crecimiento de la economía española, en 1,3 puntos a la de la UE, en 1,6 a la de la zona euro y en 2,2 puntos a la de Estados Unidos.

El Ejecutivo atribuye los buenos números a que los pilares que sustentan la economía están equilibrados, ya que todos los sectores aportan números positivos al cómputo final. Además, el consumo es, a pesar de las incertidumbres elevado, y se sigue creando empleo.

Las tasas de crecimiento interanual por sectores resultan muy positivas, ya que ninguno baja del 3,7% y sólo los servicios se quedan en ese guarismo. Los demás exhiben tasas superiores al 4%, como la industria (4,6%), los impuestos netos sobre los productos (4,3%), mientras que el sector primario se dispara hasta el 9,7%, aunque su incidencia es menor debido a su dimensión.

El sector que confirma una desacelaración constante es la construcción, que, aunque sigue creciendo, lleva ya cinco trimestres consecutivos bajando, en concreto desde 2005, año que certificó su tasa más alta de crecimiento con un 5,8%. Fuentes de la patronal vizcaína Cebek indicaron que la industria está tomando el relevo a la construcción como motor del crecimiento, un hecho considerado "más natural" en una comunidad industrial como la vasca.

Por provincias, en el último trimestre es Vizcaya la que más avanza, con un crecimiento del 4,2%, seguida por Guipúzcoa con un 4,1%, mientras que Álava se queda en el 3,7%.

Esa fotografía es la que servirá al Gabinete para confeccionar los próximos presupuestos generales de la comunidad autónoma y que, en consonancia, con la política de déficit cero, crecerán en torno al PIB. El Gobierno ya adelantó el pasado mes de junio que su principal apuesta es lograr la convergencia tecnológica con Europa y la puesta en marcha de políticas destinadas a impulsar la productividad. Con ese propósito se propone desarrollar varios planes como el de Ciencia Tecnologías e Innovación 2010, el segundo Plan Universitario y el de Euskadi en la Sociedad de la Información 2007-2010.

Los sindicatos, sin embargo, consideran que el crecimiento de la economía, aun presentando rasgos positivos, tiene una cara oscura, la baja calidad del empleo, ya que se mantiene con una tasa de temporalidad cinco puntos por encima del resto de España. "Aunque ganan terreno los contratos estables, todavía nueve de cada diez que se firman son temporales", critica UGT.

Para la central nacionalista ELA la creación de empleo no cuesta dinero a los empresarios debido a las condiciones precarias que imponen a los trabajadores, cuando las empresas llevan varios años sumando "unos beneficios impresionantes". Un portavoz del sindicato mayoritario censuró también que, en estos años de bonanza, los presupuestos públicos, en vez de esforzarse en el déficit cero, tendrían que haber duplicado el gasto social para igualarse a los países más avanzados de Europa.

Según los datos del Eustat, el personal empleado en Euskadi ha tenido un aumento interanual cifrado en el 2,4%. En los últimos doce meses se crearon más de 23.000 puestos de trabajo netos y en junio pasado se llegó a una ocupación que roza el millón de trabajadores, en concreto 997.000 personas.

Sin embargo, el Gobierno estima que el desempleo no va a descender de la baja tasa con que se cerró el ejercicio de 2006, el 4,1%, y es posible que aumente en una décima al finales de este ejercicio. En cualquier caso, se trata de una cifra sensiblemente inferior al 5%, porcentaje que se considera técnicamente como una situación de pleno empleo. El pasado año había en torno a 40.000 desempleados en la comunidad autónoma.

Si en el caso de Euskadi las exportaciones han impulsado el crecimiento de su economía, en el conjunto de España la balanza exterior negativa va a restar un punto de crecimiento al Producto Interior Bruto.

En las previsiones que la Comisión Europea presentó ayer para la UE, Bruselas estima que España siga teniendo este año un crecimiento (3,7%) sensiblemente superior al resto de Europa, aunque se va a desacelerar el consumo privado, la inversión y el crecimiento de la construcción.

La Comisión estima que las razones de este frenazo serán la subida de los tipos de interés y los ajustes de las condiciones monetarias, así como la contracción del valor de mercado de los activos financieros y propiedades inmobiliarias. Fuentes del Gobierno vasco consideran que la fortaleza de la industria puede suplir en Euskadi esos efectos adversos.