"Busco el eco donde nace la película"

Su teléfono móvil sonó intempestivamente a las cinco de la mañana en Los Ángeles para anunciarle que le habían concedido el Premio Nacional de Cinematografía 2007. "Me han despertado y me han dado la buena noticia. Ha sido tan inesperada... No sabía que se concedía hoy el premio y menos que yo fuera uno de los candidatos". Al músico Alberto Iglesias (San Sebastián, 1955) se le nota orgulloso a través de un teléfono que no paró de sonar durante horas.

"Un premio de estas características tiene otra dimensión. Es muy grande. En estos momentos me acuerdo de todos los directores con los que he trabajado, de todo lo que he aprendido con ellos; también de los músicos con los que trabajo. Emocionalmente, estoy muy contento", asegura Iglesias, un hombre de hablar pausado y amable. Acostumbrado a los premios -tiene siete goyas y ha sido candidato a los Oscar en 2006 por la banda sonora de El jardinero fiel, de Fernando Meirelles-, Iglesias los siente como las "verdaderas vacaciones del artista". "Quizá duran sólo un par de días, pero son muy especiales, porque te animan a seguir; compruebas que el tránsito por esos caminos que no sabes nunca dónde te van a llevar profesional y emocionalmente tiene un final feliz", continúa el músico, que viajará a San Sebastián el próximo día 22 para recibir el galardón dentro de los actos del Festival de Cine.

Iglesias es el músico imprescindible de cineastas como Julio Medem -ha firmado la música de cinco de sus películas- y Pedro Almodóvar -ha compuesto todas las bandas sonoras de sus filmes desde La flor de mi secreto, seis en total-. "Alberto Iglesias es a mi cine lo que Nino Rota al de Fellini y Bernard Herrmann al de Hitchkock, un talento extraordinario junto a una humildad personal muy rara de encontrar en un artista. En los últimos años, Alberto se ha convertido en una referencia para los músicos de cine", aseguró ayer Pedro Almodóvar desde Londres, donde hoy se estrenará la adaptación teatral de Todo sobre mi madre, dirigida por Kevin Spacey. Su último trabajo junto al director manchego en Volver fue valorado por el jurado del premio como el "perfecto ejemplo" de esa búsqueda constante de nuevas formas expresivas. Iglesias recalca el riesgo personal del cine de Almodóvar -"en Estados Unidos me doy cuenta de lo que valoran su libertad"- y la culminación a la que ha llegado con él tras años de diálogos. "Con Pedro y con Julio he aprendido muchas cosas, pero por encima de todo valora la ética de su obra".

Iglesias se ve a sí mismo como "un espejo; no, mejor una esponja de la búsqueda de los directores". "Trato siempre de encontrar el eco de donde ha nacido la película, busco que la música contenga plenamente la idea que tiene el director. Trato de devolverle el impulso en forma de creación musical", explica el compositor, que no se ve dentro de la gran industria cinematográfica. "A mí siempre me llaman los directores. Mi camino está junto a ellos. El mundo de los grandes estudios es muy confuso para mí. Yo no sabría nunca trabajar en una película de éxito programado", añade Iglesias, que acaba de terminar la banda sonora de la última película de Marc Forster (The kite runner) y ya ha recibido la llamada de Steven Soderbergh para trabajar en su próximo filme. Unos encargos que, según el músico, tienen poco que ver con el mundo de Hollywood y los Oscar. "La realidad no tiene nada que ver con las alfombras rojas".