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Reportaje:

Tres chicos que agitaron Brasil

Un documental recupera las vidas del activista Betinho, el dibujante Henfil y el músico Chico Mário, tres hermanos hemofílicos pioneros en su país en la lucha contra el sida

"Mi Brasil... que sueña con la vuelta del hermano de Henfil", cantaba la gran Elis Regina en O bêbado e a equilibrista. El hermano del popular humorista gráfico era Betinho, un líder estudiantil exiliado durante la dictadura. La canción de João Bosco y Aldir Blanc se convirtió en el himno a favor de la amnistía y Betinho pudo regresar a Brasil. En Tres hermanos de sangre, película de Ângela Patrícia Reiniger, que ha ganado el premio del público en un festival de Nueva York y acaba de estrenarse en cines de Río de Janeiro, São Paulo y Belo Horizonte, pueden verse las emotivas imágenes, que se creían perdidas, de la llegada de Betinho al aeropuerto en 1979.

'Tres hermanos de sangre', de Ângela Patricia Reiniger, recupera las imágenes del regreso de Betinho del exilio

Tres hermanos: Herbert José de Souza, Betinho, Henrique de Souza Filho, Henfil, y Francisco Mário de Souza, Chico Mário. Los tres, hemofílicos. A principios de los años ochenta, Brasil descubre que la mayoría de los hemofílicos del país están contaminados por el VIH. Ellos tres fueron los primeros en acudir a la televisión para explicar que tenían el sida. Lo vieron en directo millones de personas y el impacto fue tremendo en un momento en que la enfermedad se asociaba a los homosexuales.

Los tres lucharon por los derechos cívicos, por un país y una vida más dignos. "Mi padre con su música, Henfil con sus dibujos y Betinho con su acción social", explica Marcos Souza, hijo de Francisco Mário y director musical de Tres hermanos de sangre, que se proyectará en el próximo Festival de Jazz de Madrid. "Mi misión es recordar la importancia que tuvieron y su forma de encarar la vida. Tres personas con una enfermedad terrible, pero siempre con ánimo y humor. Todo un ejemplo de vida".

La idea de divulgar la obra de su padre le rondaba por la cabeza, pero desde el emotivo entierro de Betinho, cuando toda la gente se puso a cantar en el cementerio O bêbado e a equilibrista, Souza pensó que los tres hermanos debían estar juntos en la película.

En 1994, Betinho inició una movilización que desembocaría en la célebre campaña contra el hambre y la miseria. "El lema era Navidad sin hambre y acudieron a ayudar Chico Buarque, Caetano Veloso... Había 30 millones de brasileños pasando hambre y eso no podía permitirse". Betinho murió el 9 de agosto de 1997. "A su muerte, Fernando Henrique Cardoso escribió que lo recordaba de sus tiempos de estudiante tocando la guitarra. Betinho quería ser músico, pero cuando vio cómo tocaba mi padre, lo dejó y se dedicó a estudiar sociología", asegura Marcos Souza sonriendo.

Francisco Mário y Henfil habían fallecido nueve años antes. Henfil, creador del histórico Diretas já! -que exigía el voto directo de los ciudadanos para la elección del presidente de Brasil-, luchó contra la dictadura a través de sus caricaturas y sus artículos.

"En la última página de la revista Istoé publicaba cada semana Cartas a la madre, en la que le comentaba los problemas del país y le decía cosas como: 'Madre, esto está muy mal'. Usaba a mi abuela como escudo", dice Marcos Souza riendo. Un dibujo de trazos sencillos pero muy expresivo. Con críticas feroces a la censura, la corrupción o el machismo y personajes como Graúna o los fradinhos, dos frailes que salieron en periódicos de Estados Unidos con el nombre de Mad Monks.

Allí duraron poco: los comentarios de Henfil les parecían demasiado ácidos. En Brasil se hizo famoso. Aún más cuando dibujó los personajes que representaban a equipos de fútbol: Buitre para el Flamengo, Bacalao para el Vasco... "Los seguidores del equipo del Flamengo llegaron a soltar un buitre en el estadio de Maracaná", cuenta Souza.

"En 1978, mi padre dejó un buen empleo como analista de sistemas en São Paulo para organizar, con el pianista Antonio Adolfo, en Río de Janeiro una asociación de productores independientes de discos en una época de dominio absoluto por parte de las grabadoras. Informaban a los músicos sobre los pasos que debían dar con el fin de poder grabar sus discos, cómo venderlos... ¡Y aquello funcionó!", dice.

"Ya muy enfermo, mi padre logró ir al estudio y grabar en tres meses tres discos que no tuvo tiempo de ver publicados". Su trabajo -cuatro CD con sus ocho discos originales, las correspondientes partituras y textos en portugués, español e inglés- está recogido en el libro Francisco Mário. Vida e obra, que su hijo ha editado con mimo. Pianista, compositor, productor cultural y autor de las bandas sonoras de largometrajes como Evandro Teixeira-Instantâneos da realidade o Brilhante, Marcos Souza está viviendo desde hace unos meses en Madrid y dará un recital el 7 de septiembre en el Ateneo.

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