La 'coca' colombiana se blanquea en España
EE UU afirma que los carteles de Colombia lavan sus ganancias europeas en territorio nacional
Los principales carteles de la cocaína de Colombia utilizan España como plataforma en Europa para lavar el dinero ilícito obtenido de su negocio en el viejo continente. El Departamento del Tesoro de Estados Unidos considera, según sus informes, que los grandes grupos colombianos emplean para blanquear su dinero negro un reducido número de países: Colombia, Panamá, Costa Rica, Perú, la isla de Aruba (perteneciente a los Países Bajos) y, claro, España.
Informes de la CIA y el Tesoro de EE UU sitúan a España como plataforma de blanqueo
El recaudador del cartel Norte del Valle se había asentado en Madrid para controlar
La CIA, por su lado, asegura que el territorio español no es sólo la puerta de entrada de la cocaína para la UE, sino también "un lugar para el lavado de dinero de los traficantes de narcóticos colombianos". El negocio global de la droga mueve 322.000 millones de dólares anuales, según el Informe Mundial de Drogas de la Oficina de Drogas y Crimen de Naciones Unidas. Casi dos tercios corresponden a la cocaína.
España es, sin duda alguna, la puerta de entrada de la cocaína en Europa. La conclusión se obtiene de dos datos. El primero es que las Fuerzas y Cuerpos de Seguridad quitaron el año pasado de la circulación 49.650 kilos, una cifra sólo superada por Colombia, Venezuela y EE UU. El segundo es que, desde 2005, España tiene un porcentaje de consumidores de cocaína superior al de EE UU, aunque este país es el mayor mercado mundial y el que suma más consumidores en números absolutos.
Las operaciones de narcotráfico se pagan en metálico. Los narcotraficantes suelen cobrar en maletas llenas de billetes un dinero que tiene que llegar al proveedor. El precio medio de un kilo de cocaína al por mayor es de unos 41.800 dólares. Es decir, que si un grupo de narcotraficantes logra introducir un cargamento de 2.000 kilos (la carga media que llevaban los barcos incautados por la Unidad de Drogas y Crimen Organizado, Udyco) el monto total a pagar es de 83,6 millones de dólares. Es en ese momento cuando empieza el circuito del lavado del dinero.
El Departamento del Tesoro de Estados Unidos, en su informe de 2007 titulado Impacto de la Sanciones Económicas contra los Carteles Colombianos de la Droga asegura que los carteles de Cali, Valle del Norte y de la Costa Norte utilizan España como punto de blanqueo de sus ganancias europeas. "Cada imperio de la droga", asegura, "incluye una vasta red de empresas, manejada por familiares y otros trusts, en Colombia, Ecuador, Panamá, Perú, España y Venezuela".
El ejemplo de libro es el del cartel dirigido por los hermanos Gilberto José y Miguel Ángel Rodríguez Orejuela. Partiendo de una empresa que denominaron Drogas La Rebaja (es un nombre real), creó un emporio empresarial que se extendió a España. Aquí, el Tesoro de EE UU señaló a 13 empresas como vinculadas a los Rodríguez Orejuela. Se trataba de seis sociedades limitadas de inversión (inmuebles y valores), algunas imprentas, empresas de servicio e, incluso, de material informático. La información, recabada tras las investigaciones en EE UU y Colombia, fue transmitida a España. Pero cuando los datos llegaron, esas empresas habían sido vendidas, liquidadas o extinguidas.
De libro también es el ejemplo de Orlando Sabogal Zuloaga, detenido en Majadahonda (Madrid) en octubre pasado. Conocido como El Socio, está considerado el brazo derecho de Luis Hernando Gómez Bustamante, jefe del cartel Norte del Valle, la organización de narcotraficantes a la que Estados Unidos atribuye la distribución del 40% de la cocaína que se consume en el mundo. Era el "recaudador ejecutivo" de la organización, pero los investigadores de la Unidad Central Operativa de la Guardia Civil no lograron dar con las empresas que utilizaba para reexpedir el dinero a su jefe. "Es que eso es precisamente lo más difícil de investigar", asegura un mando de la Unidad de Delincuencia Económica y Financiera (UDEF).
No es fácil, porque los narcotraficantes se han hecho expertos en ingeniería financiera. "Y porque ligar un dinero que ya ha pasado por varias empresas, incluso por un paraíso fiscal, a la actividad ilícita original del tráfico de drogas es una tarea ímproba", subraya el mismo comisario. El objetivo de las redes es "acercar" el dinero hasta donde reside el capo narco. El método es llevárselo directamente en metálico (en barcos, camuflado en contenedores, con personas que se lo pegan al cuerpo) o hacerlo a través de operaciones financieras.
Los traficantes suelen utilizar estas empresas para operaciones concretas. Para ello compran compañías con un discreto historial de facturación, con dinero que procede de varias empresas puente o pantalla, lo que dificulta su seguimiento, especialmente si alguna de ellas está radicada en un paraíso fiscal. El dueño aparente de ese trust es "un abogado o un asesor fiscal, que a veces tiene una pequeña participación y suele ejercer de administrador". El siguiente paso consiste en inyectarle dinero que procede de las ganancias de la operación de narcotráfico, de forma que la empresa empieza a generar beneficios ficticios. Ese dinero empieza a estar blanqueado.
La misma empresa establece relaciones con otras firmas pantalla. El dinero suele saltar a Suiza, luego a un país no considerado caliente (sospechoso) para llegar a Miami o a una isla del Caribe, ya limpio. El dinero ya está a disposición de los narcos. Las cuentas utilizadas no están abiertas mucho más de un mes. Así, cuando el aviso llega a la policía o la Guardia Civil o al Servicio de Prevención del Blanqueo del Banco de España, no hay ni un duro en la cuenta.
Tu suscripción se está usando en otro dispositivo
¿Quieres añadir otro usuario a tu suscripción?
Si continúas leyendo en este dispositivo, no se podrá leer en el otro.
FlechaTu suscripción se está usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PAÍS desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripción a la modalidad Premium, así podrás añadir otro usuario. Cada uno accederá con su propia cuenta de email, lo que os permitirá personalizar vuestra experiencia en EL PAÍS.
En el caso de no saber quién está usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contraseña aquí.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrará en tu dispositivo y en el de la otra persona que está usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aquí los términos y condiciones de la suscripción digital.