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La Xunta confía en que los Franco dejen inspeccionar este mes el Pazo de Meirás

El pleno de Sada aprueba solicitar la declaración del edificio como "bien de interés cultural"

La Consellería de Cultura aún confía en que la familia de Francisco Franco cumpla con su promesa de permitir este mes el acceso al Pazo de Meirás, la residencia veraniega del caudillo con la que le obsequió "el pueblo de A Coruña" en 1938. Esa inspección del interior de la propiedad, que incluye más de seis hectáreas de finca, es imprescindible para que la Xunta la declare Bien de Interés Cultural (BIC), una figura que permitiría abrir el pazo al público. El Ayuntamiento de Sada, donde está enclavado el pazo, aprobó ayer por mayoría solicitar esta medida.

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El gobierno local de Sada, dirigido por el BNG y el PSdeG, aprobó solicitar esa declaración para su patrimonio más preciado ya que, según recordó el alcalde, el nacionalista Abel López, obligaría a sus actuales propietarios, los herederos de Franco, a dar disfrute público a un bien "de valor histórico y cultural para toda Galicia", y a tomar medidas de protección y conservación.

El acuerdo municipal faculta al alcalde para hacer gestiones con la Diputación de A Coruña y la propia Xunta con el fin de "explorar las posibilidades de recuperar ese patrimonio". "Hubo amenazas y extorsiones", recordó el portavoz local del BNG, Carlos Babío, para adquirir, mediante donativos supuestamente voluntarios y expropiaciones forzosas, el pazo y las fincas que lo rodean y obsequiar al caudillo.

Entre los vecinos de la parroquia de Meirás aún es tabú hablar de cómo se duplicaron, para regalárselas Franco, las fincas y anexos que rodean el singular castillo, comprado por "una miseria" a las herederas de Emilia Pardo Bazán, en palabras de la actual condesa de Pardo-Bazán, Carmen Colmeiro. "Muchos se vieron privados de sus terrenos y casas a cambio de nada", destacó Babío.

Sólo se opuso ayer a la solicitud de declaración del pazo como Bien de Interés Cultural el Partido Democrático Sada Popular, liderado por el que fue durante 28 años alcalde de la localidad y anteriormente el mancebo de farmacia que le llevaba a Meirás las medicinas al caudillo, Ramón Rodríguez Ares. Siempre se negó a cualquier intento de restituir para uso público la propiedad y el portavoz de su partido, Fernando Illánez, cuestionó ayer incluso que pudiese tener siquiera interés cultural, histórico o turístico. "Puede ser que quiera verlo algún devoto de Franco y nos preguntamos si el ayuntamiento pretende montar allí puestos que vendan camisas azules y grabaciones con el Cara al sol", arguyó el joven concejal. Esgrimió cierta preocupación, si prospera la declaración BIC, por el destino de los escudos franquistas que puedan existir en el interior del pazo.

La propiedad, que figura en el Registro de Betanzos a nombre de la esposa de Franco, Carmen Polo, fallecida en 1988, está cerrada a cal y canto. Sigue siendo el lugar de veraneo habitual de Carmen Franco, quien manifestó por escrito a la Xunta su postura favorable a permitir que los técnicos inspeccionasen el interior del castillo y de sus jardines. Sin embargo, desde Semana Santa, aplazó repetidamente esa visita. Cultura aún confía en que finalmente la familia abra este mes las puertas del Pazo de Meirás sin tener que recurrir a medidas más extremas, como la de abrir el expediente o incluso a un requerimiento notarial.

No es la primera vez que las autoridades gallegas intentan recuperar para el patrimonio público la propiedad donada al caudillo. Lo intentó la Diputación de A Coruña, como recordó ayer el PP de Sada. Llegó a ofrecer 400 millones de las antiguas pesetas a la familia Franco para reconvertir el pazo en sede de una universidad de verano.

La iniciativa para declarar el Pazo de Meirás bien de interés cultural partió hace más de un año del BNG de Sada, hoy en el gobierno local. Desde entonces, la Consellería de Cultura recopiló toda clase de documentación sobre la propiedad y sobre el proceso que, liderado por la denominada Junta Provincial Pro Pazo del Caudillo, desembocó en la donación del "pueblo de A Coruña" a Francisco Franco. Todos esos datos, junto con la inspección para diagnosticar el actual estado de conservación de las Torres de Meirás y sus jardines, permitirán abrir el expediente para una declaración que además de devolver uso público a ese patrimonio, da opción preferente a la Administración para su compra en caso de que los herederos de Franco lo pongan en venta. Paralelamente, la Real Academia Galega realizó gestiones con la familia del caudillo para recuperar parte de la biblioteca de Emilia Pardo Bazán que aún permanecen en el castillo.

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