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Los controles de la importación de pescado se intensificarán tras las quejas del sector

Los 'arrantzales' reclaman la aplicación de una cláusula europea para frenar las compras

El Ministerio de Agricultura, Pesca y Alimentación, que encabeza Elena Espinosa, se comprometió ayer a intensificar los controles sobre las importaciones de bonito, cimarrón y merluza para atajar posibles ilegalidades, así como a garantizar su correcto etiquetado. El Gobierno central estudiará además la posibilidad de aplicar una cláusula europea que permite frenar las importaciones de un producto dentro del territorio de la UE. El ministerio tomó estas decisiones tras escuchar las quejas de los representantes de los gobiernos y pescadores del Cantábrico, que han alzado la voz para cuestionar las importaciones masivas de túnidos y denunciar irregularidades en su pesca y comercialización.

Cuando todavía arrastra la resaca de la crisis de la anchoa, el sector pesquero del Cantábrico tiene que enfrentarse ahora a una férrea competencia en la captura y venta de túnidos, que pasa por importaciones masivas de peces capturados en muchos casos fuera de las fronteras de la Unión Europea. A esta situación hay que sumar la existencia de "importantes irregularidades" en la pesca y comercialización del bonito (atún blanco) y el cimarrón (atún rojo), según coincidieron en denunciaron hace unos días tanto el Gobierno vasco como los arrantzales.

Todo ello está causando un "injustificado" descenso en el precio en lonja de los túnidos pescados por la flota del Cantábrico, similar al de hace casi dos décadas, según vienen alertando los pescadores.

Antes este panorama, representantes de los gobiernos y las cofradías de las cuatro comunidades del Cantábrico se trasladaron ayer a la sede del ministerio en Madrid para analizar el preocupante mercado tanto de los túnidos como de la merluza. La reunión estuvo presidida por el subdirector general de Comercialización Pesquera, Juan Manuel Velasco.

El ministerio se comprometió, a través de la Secretaría General de Pesca Marítima, a intensificar el número de controles en las importaciones de merluza, bonito y cimarrón para evitar que entren en el mercado español capturas ilegales. En el caso concreto de los túnidos, es preciso vigilar que no han sido capturado mediante artes no permitidas o por buques no autorizados.

El Gobierno vasco informó ayer mismo de que en los últimos días ha decomisado 800 kilos de atún rojo pescados por barcos sin autorización. "Han entrado en el mercado español sin aparentes problemas, saltándose los controles del ministerio", criticó.

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Inspección del etiquetado

En colaboración con las comunidades autónomas, el Gobierno central reforzará además las inspecciones del etiquetado del pescado en las distintas fases de su comercialización, desde la llegada del producto a la lonja hasta su presentación y venta al consumidor. El Ejecutivo vasco y los arrantzales sostienen que se está ofreciendo al consumidor bonito de otros lugares como procedente del Cantábrico.

Tras la cita, el presidente de la Federación de Cofradías de Vizcaya, Iñaki Zabaleta, se mostró pesimista. Valoró que se vayan a reforzar los controles, pero subrayó que ello no va a solucionar el principal problema que padece el sector: las importaciones masivas de túnidos, que, en principio, están respaldadas por la libertad de comercio dentro de la UE.

Por eso los arrantzales se agarran como a un clavo ardiendo a las medidas de salvaguardia previstas por la Unión Europea para algunos productos. Tanto ellos como el ministerio analizarán la posibilidad de acogerse a este reglamento, que ofrece la opción de frenar las importaciones cuando las mercancías afectadas sufren "perturbaciones graves".

"Si no se puede aplicar la cláusula de salvaguardia, la flota de bajura del Cantábrico de-saparecerá", aventuró Zabaleta. De hecho, los pescadores se muestran tan desanimados que no descartan la posibilidad de realizar paros.

La industria conservera tampoco no se libra del conflicto. Los arrantzales les critican por comprar bonito que no ha sido pescado en el Cantábrico ya que les resulta más barato. El presidente de la Federación de Cofradías de Guipúzcoa, Jaime Tejedor, ha llegado a decir que algunos vendedores ponen en la etiqueta que el bonito es "de aquí", cuando ello es falso. El secretario de la asociación de conserveras Norpesco, Jon Larrocea, no cree que las empresas estén cometiendo irregularidades. En cualquier caso, insta a quien así lo crea a que presente la correspondiente denuncia.

El Gobierno central trasladará la inquietud del sector extractivo a las conserveras, de modo que las necesidades de abastecimiento de dicha industria "puedan coexistir con el ejercicio de la pesca responsable".

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