Mucho más que un robo

Como objeto es sólo un reloj de oro, pero se trata de un símbolo de honestidad personal que el lunes fue robado a plena luz del día del Museo Nacional Argentino. La policía y la aduana del país suramericano se han movilizado para localizar un reloj que perteneció a Manuel Belgrano, uno de los padres de la independencia argentina, quien lo utilizó poco antes de morir en la pobreza como modo de pago al médico que lo atendió en sus últimos instantes. Argentina ha lanzado una alerta internacional y en sus fronteras se han reforzado los registros para evitar que la joya salga del país.

Cumpliendo el dicho de que las cosas no se valoran hasta que se pierden, los argentinos despertaron ayer con la noticia de que el preciado reloj -de cadena y con el rostro de Lafayette grabado en un eslabón-, se encontraba expuesto en una vitrina sin más protección que un delgado cristal. El ladrón no tuvo que pensar demasiado. Forzó un lateral y cogió la joya. No le importaron ni los visitantes que a esas horas se encontraban en el museo ni las cámaras de seguridad que lo grababan mientras ejecutaba la acción.

Belgrano, un abogado convertido en general durante la lucha por la independencia argentina de España y cuya voz de pito -según relatan historiadores argentinos- provocaba bromas entre sus subordinados, no utilizó el poder para enriquecerse. Murió en 1820 en la pobreza más absoluta. Eso sí, no quiso dejar deudas y se deshizo del reloj para pagar su última factura.

En un raro caso de justicia histórica, hoy localidades, barrios y avenidas del país del crédito, la deuda y el pago a plazos llevan su nombre. Los escolares de cinco años saben que Belgrano fue además el diseñador de la bandera argentina. A ellos les dicen que se inspiró en los colores del cielo -celeste y blanco-, aunque también es verdad que coinciden con los colores de la Casa de Borbón, lo que le trajo a Belgrano problemas con varios dirigentes de la entonces nueva nación.

El próximo lunes, Argentina celebra el 197º aniversario de su independencia y lo hará probablemente con la ausencia de un objeto íntimamente ligado a su historia. El delito se llevó la honestidad.