"Sufrimos una cinematografía que no interesa"

Rafael Alvero, director general de la Federación de Cines de España (FECE), rechaza que los exhibidores estén en contra del cine español, pero no oculta que la cuota de pantalla, que obliga a programar una película española o comunitaria por cada tres producidas fuera de la Unión Europea, es una incómoda servidumbre.

"Sólo nos quejamos de que nos obliguen a poner películas que interesan al público menos de lo que necesitamos", aseguró ayer en declaraciones a la cadena SER. "Sufrimos una cinematografía que no interesa", añadió el responsable de una asociación en la que se agrupan compañías de exhibición que suponen el 90% de las pantallas existentes en España. La gran reivindicación de los exhibidores, sin embargo, que consideran ha sido ignorada en el proyecto de ley del cine en trámite parlamentario, es que el Gobierno intervenga de alguna manera para limitar el poder incuestionable de las grandes distribuidoras de cine estadounidenses, las denominadas majors, que imponen unas condiciones leoninas en la negociación de sus películas.

La ministra de Cultura, Carmen Calvo, replicó ayer, también en declaraciones a la citada cadena radiofónica, que los abusos de mercado no pueden ser objeto de una ley del cine, sino que cuentan con sus propios cauces a través de los tribunales ordinarios y los organismos de defensa de la competencia.