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Zapatero quiere reducir al máximo las opciones del veto en la UE

El jefe del Gobierno español comprueba en Berlín y Varsovia las dificultades de un nuevo Tratado

El presidente del Gobierno, José Luis Rodríguez Zapatero, planteó ayer como prioridad a la canciller alemana, Ángela Merkel, reducir al mínimo la exigencia de unanimidades para alcanzar acuerdos en la UE. Zapatero insistió después en su comparecencia con Merkel ante la prensa que "una regla esencial es que la mayoría cualificada se extienda a muchas de las competencias europeas". "Europa", añadió, "no puede funcionar ante los problemas que tiene si seguimos en un régimen de unanimidad en las políticas comunes".

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El dirigente español pudo comprobar, sin embargo, que las negociaciones sobre el Tratado que sustituirá a la Constitución europea tropiezan con enormes dificultades. Por la mañana en Berlín, Merkel le explicó la situación y la confirmó de primera mano por la tarde en Varsovia, donde el primer ministro polaco, Jaroslaw Kaczynski, le expuso una y otra vez la posición polaca, basada en la distribución de los votos en función de la raíz cuadrada de las poblaciones, que amenaza con hacer saltar todo posible acuerdo por los aires en la próxima cumbre de 21 y 22 de junio.

La cuestión de la mayoría cualificada es uno de los aspectos que imprimen más eficiencia al Tratado. Actualmente hay 36 materias o bases jurídicas que se adoptan por mayoría cualificada y con el nuevo Tratado se elevarían a 87, es decir, 51 más, según precisó ayer Alberto Navarro, secretario de Estado de Relaciones con Europa. Ésta era una de las propuestas mas significativas de la Constitución, que "se va a mantener excepto en una base, referida a aspectos de materia penal por la oposición del Reino Unido", añadió. La mayoría cualificada requiere el 55% de los Estados, que incluya a 15 de ellos, y que representen al 65% de la población.

Zapatero considera también relevante que se instaure la figura de un presidente del Consejo con un mandato permanente (dos años y medio); la existencia de una Política Exterior común (reforzando el papel de Alto Representante, que actualmente ejerce Javier Solana), que la Carta de Derechos Fundamentales tenga relevancia jurídica e impulsar "una política común e integral en materia de inmigración".

En Varsovia, Zapatero pudo comprobar que no hay ningún gesto de apertura. Se han barajado compensaciones alternativas para convencer a Polonia, como la posibilidad de prorrogar el sistema decisorio del Tratado de Niza, hasta 2014, y también la introducción de una cláusula energética, que extendería la solidaridad comunitaria, limitada hoy al terrorismo o las catástrofes naturales, a eventuales cortes petroleros, como el que Rusia aplicó a los polacos. Incluso se ha hablado de otras recompensas como flexibilizar la circulación de trabajadores polacos hacia Alemania o de la realización de infraestructuras, como un AVE Berlín-Varsovia. Kaczynski rechazó ayer ante la prensa al menos estos últimos aspectos.

La "luz" que los portavoces polacos dijeron haber visto el jueves tras la visita de presidente francés, Nicolás Sarkozy, no volvió a relumbrar ayer por la tarde. Zapatero sabe, no obstante, que Merkel, que hoy recibe a los gemelos polacos, está tan determinada como ellos, pero en el sentido de llegar a un acuerdo. "Soy optimista. Va a ser muy difícil, pero mi percepción es que existe una voluntad mayoritaria" de que la negociación tenga éxito, dijo. También destacó la voluntad española de ayudar a Polonia a gestionar los más de 60.000 millones de euros que le ha asignado Bruselas, especialmente en el desarrollo de infraestructuras por "las constructoras españolas, que son las mejores del mundo". El Memorando de Entendimiento firmado en la reunión de ayer destaca, entre los "campos de cooperación" hispano-polacos", la "construcción de Trenes de Alta Velocidad en Polonia.

Merkel quiso relativizar el protagonismo de los Kaczynski al advertir de que el problema no estaba en un único país, sino que había "una serie de países que tenían problemas con el contenido del proyecto del tratado". Zapatero avisó de que "si se abría el debate de los votos, España también intentaría mejorar su posición, como lo harían todos".

Jaroslav Kaczynski y Rodríguez Zapatero, ayer en Varsovia.
Jaroslav Kaczynski y Rodríguez Zapatero, ayer en Varsovia.REUTERS

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