_
_
_
_
_
Huelga en la sanidad pública

"Me han mandado de vuelta a casa"

Grupos de ciudadanos entran y salen del céntrico ambulatorio de Olaguibel, en Vitoria, como cada día. Pero no. "Se nota menos afluencia que otros días", apunta un usuario habitual del centro, quien se marcha "un poco enfadado" porque nadie le había avisado de que su médico de cabecera iba a hacer huelga. Julián Ruiz entiende que los médicos convoquen un paro -"tienen el mismo derecho que cualquiera"-, pero le incomoda enterarse de que no le iban a atender en la misma puerta del consultorio. "Es un fastidio. Sólo espero es que la próxima vez me avisen. ¿Que si sabía que había huelga? Pues no, la verdad. He ido al centro de salud como cualquier día".

La misma historia se repitió en otros centros de Atención Primaria. El reloj pasa de las 11.30 y Pilar sale del ambulatorio donostiarra de Gros acompañando a su madre. La anciana tenía hora con el dermatólogo y con el cirujano. El primero le ha atendido, pero el segundo no. Pilar es consciente de que "cada uno tiene que luchar por lo suyo", pero hubiese agradecido mucho una llamada de teléfono para avisarle de que uno de los facultativos no iba a atender a su madre. "Tiene la movilidad reducida y tener que venir otro día me incordia bastante", argumenta.

Pese a la molestia, entiende las reivindicaciones de los facultativos. "Tienen que correr mucho, están bastante estresados. Cuando nos atienden parece que lo tenemos que saber todo y no se dedican a darnos explicaciones", se lamenta.

En cambio, Iñaki no se ha encontrado con "ningún problema". Tenía cita para una cura en una mano y le han atendido "bien y a la hora". Al igual que Pilar, comprende "perfectamente" las quejas de los profesionales: "Se nota que cada médico tiene gran concentración de pacientes en un tiempo limitado".

Lo mismo opina María Dolores. Ella también ha sido atendida "con normalidad" por su traumatólogo, pero afirma que los médicos "necesitan mucho más tiempo para atender a los pacientes, porque casi ni te escuchan lo que tienes".

También vio frustradas sus intenciones Julia, aunque en este caso no se fue con las manos completamente vacías. "Cuando he llegado al centro de salud, me han mandado de vuelta a casa. Mi médico estaba de guardia, pero ya me han dado cita para la próxima semana". Ocurrió en el centro de salud de San Martín, en Vitoria, donde se dejaron notar los efectos del paro, aunque la actividad salió adelante. "Los médicos andan con el tiempo justo y para hacerte un buen diagnóstico necesitan más tiempo".

Lo que más afecta es lo que sucede más cerca. Para no perderte nada, suscríbete.
Suscríbete

A las puertas de Urgencias del hospital vitoriano de Santiago espera Raúl Armentia, quien aguarda a un amigo que está siendo atendido. "¿Qué hay huelga? Pues a mí me parece que le han atendido con normalidad, vamos que no ha tenido que esperar más de la cuenta ni nada por el estilo", indica.

Regístrate gratis para seguir leyendo

Si tienes cuenta en EL PAÍS, puedes utilizarla para identificarte
_

Archivado En

Recomendaciones EL PAÍS
Recomendaciones EL PAÍS
Recomendaciones EL PAÍS
_
_