Colombia libera al guerrillero de las FARC de mayor peso político entre los presos

A las tres de la tarde, diez de la noche en la España peninsular, salió de la cárcel de alta seguridad de La Dorada Rodrigo Granda, llamado canciller de las Fuerzas Armadas Revolucionarias de Colombia (FARC) por su antigua labor como embajador itinerante y portavoz de la guerrilla más antigua y poderosa del país. Granda fue puesto en libertad después de una intensa jornada en la que el Gobierno francés y la Iglesia católica desempeñaron un trabajo vital. Granda era el guerrillero de las FARC con mayor peso político entre los 1.500 que el Gobierno mantiene presos.

La liberación de Granda se enmarca dentro de la operación unilateral que el Gobierno ha iniciado para poner en libertad a 183 presos de las FARC. Su puesta en libertad del canciller se considera esencial para lograr que se abra una puerta de esperanza en la negociación de un acuerdo humanitario que permita la libertad de 54 rehenes en poder de las FARC. Entre estos cautivos se encuentra la antigua candidata presidencial Ingrid Betancourt, de nacionalidad franco-colombiana, y en manos de la guerrilla desde hace cinco años.

Granda fue trasladado ayer en el helicóptero desde una base militar a Bogotá. Y una vez en la ciudad, en auto blindado a la sede de la Conferencia Episcopal de Bogotá. La Iglesia católica ha pedido en los últimos días a las FARC que flexibilizara su posición radical frente a la desmilitarización de dos municipios del sur occidente del país, condición que impone la guerrilla para alcanzar el acuerdo humanitario.

El guerrillero salió de prisión junto a su abogado, Miguel González, y con el director del Instituto Penitenciario, Eduardo Morales y con el Comisionado de Paz, Luis Carlos Restrepo. Restrepo adujo ante González, abogado de Granda, que el Gobierno liberaba a Granda por "razones de Estado", según fuentes próximas a la negociación.

El Gobierno no efectuó ninguna declaración sobre cuál sería el estatus de Granda y cuál sería su destino. Fuentes próximas a la negociación indicaron que Cuba estaría dispuesto a acogerlo, pero si se lo solicita tanto las FARC como el Gobierno. Anoche no se sabía aún si la operación había contado con el aval de las FARC.

Durante dos semanas el Gobierno trató de convencer a Granda para que se acogiera al plan de excarcelación masiva propiciado por el presidente Álvaro Uribe. Ni los recelos del letrado de Granda, ni la negativa de las FARC, que en un comunicado calificó de "engaño" la excarcelación masiva de 183 de sus combatientes, desanimó al Gobierno.

Granda tiene ciudadanía ecuatoriana y venezolana. La mayor parte de los colombianos lo conocieron en diciembre de 2004 cuando fue detenido de manera poco clara en Caracas. Para su defensor, Miguel González, la operación se trató de un "secuestro". Un grupo cazarrecompensas lo entregó a las autoridades colombianas en la frontera. El hecho generó una larga tensión entre Colombia y Venezuela.

Granda carga con dos procesos penales en el país. Uno de ellos por entrenar a grupos armados. También tiene cuentas pendientes en Paraguay por el supuesto asesoramiento a los secuestradores y asesinos de la hija del ex presidente Raúl Cubas.