Por el bien del castellano
En una carta al director (EL PAÍS de 21 de mayo), un lector discrepa de la opinión expresada en una entrevista por el paleontólogo Juan Luis Arsuaga (EL PAÍS de 20 de mayo) sobre el papel del inglés en la investigación en España. Al castellano, como a cualquier otra lengua, lo engrandecen dos hechos que deben darse a la par: el uso y el prestigio de quienes lo hablan. El primero aumenta con el número de hablantes; el segundo, más sutil, exige grandes escritores, deportistas, estadistas, empresarios y científicos. Los primeros deben escribir buenas novelas, los segundos ganar competiciones, los terceros liderar en las soluciones a los problemas globales y los cuartos crear negocios y riqueza.
¿Y qué deben hacer los científicos? Investigar, descubrir y comunicar sus hallazgos. Desde el origen de los tiempos, la ciencia ha necesitado comunicación; de hecho, sin comunicación no hay ciencia. Nadie cuestionó el griego en el mundo mediterráneo ni el latín en el europeo. Permitamos que nuestros científicos comuniquen sus resultados en el inglés global. Por el bien del castellano.
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