La movida llega a la universidad

Más de 35.000 visitantes han pasado por las cuatro exposiciones organizadas por la Comunidad de Madrid con motivo del 25 aniversario de la movida y casi 20.000 participaron en conciertos, mesas redondas y muestras relacionadas con el mismo fenómeno o con los autores emergentes en los primeros meses del año. ¿Interesa la historia reciente? ¿25 años es tiempo suficiente para analizar una época? Víctor Coyote (Tuy, 1958), cantante, dibujante y autor de Cruce Perras y otros relatos de los 80, mantiene una peculiar teoría según la cual cuando las cosas sucedieron hace más de 25 años se puede hablar de ellas con distancia, pero si el tiempo transcurrido no supera la década mejor no tocarlo. "Del odio a la admiración se pasa en poco tiempo", asegura el músico para el que vivimos en un país nada fiel con los artistas.

También resulta curioso que

un joven que no vivió esos años, Héctor Fouce (Lugo, 1972), profesor de Músicas Populares Urbanas en la Universidad Oberta de Cataluña, firme El futuro ya está aquí, uno de los libros que mejor investiga lo ocurrido en los años ochenta desde el punto de vista de la industria de la cultura y de la política. Fouce no fue fan ni protagonista de la época, un dato a su favor para analizar con mayor objetividad los hechos. "Estaba convencido de que encontraría relaciones entre todos los cambios políticos, económicos y sociales de la transición y el cambio musical", asegura. Como Coyote, Fouce partió de la idea de que una investigación sobre la movida madrileña, más de 25 años después de su eclosión, no sería un ejercicio de memoria o una concesión a la nostalgia, sino una manera de "orientar la vista hacia el origen de diversos hechos que amplían su alcance hasta la actualidad".

El futuro ya está aquí se concibió como una tesis con la que el autor se doctoró en Ciencias de la Información. El tema de arranque fue la juventud española vista desde los años cincuenta, pero cuando empezaba a investigar la ruta del bakalao, Fouce comprendió que pretendía abarcar demasiado y optó por acotar la idea original y centrarse en los ochenta. "Con la movida la función de la música pasa de ser la denuncia y la llamada a la acción a tener una función lúdica y celebratoria. Desaparecen la objetivación y la negatividad para dar paso a una enunciación caracterizada por el yo, aquí y ahora de manera positiva. La música es una invitación al baile, una excusa para hacer vida social, una manera de seducir".

Tras casi tres años de investigación, la tesis se reconvirtió en un libro. El prólogo lo escribe Mario Vaquerizo, mitómano de una época no vivida, esposo de Alaska, cantante de Fangoria y una de las supervivientes de la época; las fotos las pone Miguel Trillo, profesor de español en un instituto de Barcelona, y el epílogo lo firma Edi Clavo, miembro de Gabinete Caligari y profesor de historia del rock en la Universidad Autónoma de Madrid, que como Trillo también vivió intensamente la época. "Lo divertido es que se trató de un movimiento cutre, alternativo y sin apoyo institucional. Se improvisó un tinglado del rock donde antes no había casi nada. Se sustituyó King's Road por Saldos Arias; los conciertos no se celebraban en clubes de diseño sino en casas de putas reconvertidas. Visto ahora podemos afirmar que el punk y la nueva ola cambiaron Madrid", dice Clavo.

Al calor detan señalado ani

versario han surgido también títulos como Dios salve a la Movida de la periodista Silvia Grijalba, una visión periodística de la época. Las nuevas publicaciones coinciden con la reedición de dos títulos imprescindibles como el libro de José Luis Gallero Sólo se vive una vez, convertido ya en un manual de referencia obligada de esos años al que se ha cambiado la portada y del que se han despachado 3.000 ejemplares, y Guía Esencial de la Nueva Ola Española, en una edición revisada y ampliada. Y como colofón, el fotógrafo Christofer Makos, que retrató los personajes y el ambiente del Madrid de 1983 de la mano de Andy Warhol, ha vuelto a pisar las calles de la ciudad, acompañado de Paul Solberg, con quien forma el dúo The Hilton Brothers para retratar la salida de 2006 en la Puerta del Sol. El Madrid de entonces y el de ahora se funden en un lujoso álbum.