La libertad de 'Página /12'
Casa América premia el compromiso social del diario argentino
"Dios existe" (cuando la detención del general Videla); "Colón, volvé, te perdonamos" (crisis económica); "¿Qué ha hecho el infierno para merecer esto?" (muerte de Pinochet, de cuerpo presente). Son algunas de las portadas más espectaculares del diario argentino Página /12 que, contrariamente a lo que pueda parecer, es uno de los periódicos más serios e influyentes de su país, comprometido radicalmente con los derechos humanos y la libertad de expresión, y gran impulsor del periodismo de investigación en Argentina desde que naciera hará 20 años el día 26. Por ello, ayer su director Ernesto Tiffenberg (Buenos Aires, 1957) recibió el segundo premio Libertad de Expresión de Casa Amèrica Catalunya, de manos de Joan Manuel Serrat.
"Hablar de periodismo en América Latina es hacerlo aún de vida y muerte", dice su director
"Ese punto de irónico humor sobre temas serios es muy argentino; demostramos que bajo una forma ágil se puede hacer buen periodismo", asegura con un modesto hilo de voz Tiffenberg poco antes de recoger los 6.000 euros y una litografía de Andrés Rábago, El Roto. Una modestia quizá provocada por los 65.000 ejemplares de venta diaria (110.000 los domingos) que leen "gente joven, progresista y de clase media". Es el retrato-robot, pero la cabecera está también en la mesa de empresarios y políticos gracias a que "en Argentina la agenda periodística aún la fijan los diarios y no los medios audiovisuales". Y eso, asegura, les salva.
Esa agenda la marcaron desde 1987. "Creíamos que había que dar la voz a minorías que no la tenían, y entonces eran minorías los defensores de los derechos humanos, amén de las sexuales o las étnicas. Página /12 forzó a que entraran en los otros medios".
La otra fuerza de Página /12 ha sido el periodismo de investigación. "La noticia, contada por sí misma, era incomprensible para la gente normal. Necesitaba contexto y el bloqueo tradicional de las fuentes informativas por la dictadura implicaba ya investigación", recuerda Tiffenberg. Periodismo caro en un medio nuevo y con poca plata. ¿El secreto? La coincidencia de dos generaciones de periodistas: una joven, inexperta, proveniente de revistas marginales -"nos dio audacia e inconsciencia"- y una más veterana, de vértigo, que no podía expresarse en Argentina: Osvaldo Soriano, Eduardo Galeano, Juan Gelmán, Tomás Eloy Martínez... "Y lo mejor es que muchos siguen hoy con nosotros". La presencia ayer del reconocido periodista Horacio Verbitsky junto a Tiffenberg lo ratificaba.
El diario que, por ejemplo, denunció en 1990 la compra de partidas de leche adulterada para niños por parte del Gobierno a una empresa de un asesor del presidente Menem sigue creyendo en el periodismo de investigación como arma de futuro. Y, en cambio, menos en Internet. "Crea una falsa expectativa de democratización: como otros medios, quedará cada vez más concentrado". Pero sí piensa que esos nuevos medios, por la mayor cantidad de gente a la que llegan, ayudarán a la prensa a garantizar los derechos humanos en una sociedad cuyos gobiernos están cada vez más a merced de conglomerados supranacionales, como ya le ocurre a la prensa. Ese "duelo de intereses entre los gobiernos que no llevan a cabo el viejo modelo neoliberal y el sistema actual de medios" le parece a Tiffenberg el gran problema para América Latina, donde "no se ejerce el periodismo económico crítico". Eso y acabar con unas leyes (acceso a la información, desacato...) con las que se han blindado algunos países.
Que el presidente Néstor Kirchner se enfrente a periódicos como La Nación y se quejen -"irrita a veces escuchar clases de libertad de expresión de quienes no levantaron la voz cuando la dictadura"- le parece muy menor cuando "hablar de periodismo y libertad de expresión en América Latina es hablar aún, como se ve en México, Brasil o Colombia, de la vida y la muerte". Eso tan serio lo titularían así, a lo mejor, en Página /12.
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