La mitad de adolescentes embarazadas aborta
Las clínicas privadas realizan nueve de cada diez interrupciones voluntarias de la gestación
La mitad de las adolescentes vascas de entre 15 y 19 años que se quedan embarazadas opta por abortar. Este porcentaje ha ido aumentando de manera imparable durante los últimos diez años. Hace una década apenas rozaba el 20%. La falta de información de los jóvenes sobre la sexualidad tiene gran parte de culpa de este alto porcentaje de abortos, según los especialistas. Este nivel de interrupciones voluntarias del embarazo entre las adolescentes se encuentra en la media del resto de España, aunque algunas comunidades, como Cataluña o Aragón, se acercan al 60%, según los datos del Informe anual sobre interrupciones voluntarias del embarazo (IVE) correspondiente a 2005, elaborado por el Ministerio de Sanidad.
La mayor parte de las jóvenes no va a centros de planificación familiar para informarse sobre métodos anticonceptivos
La interrupción de la gestación entre las adolescentes resulta uno de los aspectos más llamativos cuando se habla de abortos, ya que se trata del colectivo más vulnerable, el que más dificultades puede encontrar para salir adelante y que el que generalmente menos preparado está para formar una familia. Roberto Lertxundi, ginecólogo y miembro de la junta directiva de la Sociedad Española de Contracepción, considera sin paliativos "un fracaso de las políticas educativas" el que una joven de 15 años se quede embarazada. "Existe falta de conocimiento. Un aborto es un fracaso", apunta. Un dato que corrobora esa impresión es que casi un 70% de las adolescentes que abortó no había acudido a ningún centro de planificación familiar para la utilización o control de métodos anticonceptivos.
"Además, no hay facilidades para que las chicas embarazadas se tomen el anticonceptivo poscoital", la conocida como la píldora del día después, añade Lertxundi. Desde que en 2001 el Ministerio de Sanidad aprobase el uso de la misma, sus ventas se han multiplicado por cinco. El año pasado, las farmacias españolas vendieron más de medio millón de unidades. Sin embargo, todavía hay comunidades donde existen dificultades para obtenerla, como es el caso de Euskadi, donde no es financiada por la Sanidad pública.
En las comunidades autónomas donde sí está subvencionada no existen muchos problemas para conseguirla, ya que se dispensa gratis en las urgencias de los hospitales y en los centros de atención primaria. "En el País Vasco no se distribuye de manera gratuita en los servicios de urgencia de los hospitales, con lo que las chicas tienen que acudir a la farmacia con los 20 euros que aproximadamente cuesta ese anticonceptivo", explica el citado especialista.
Por lo general, casi siempre la necesitan en fines de semana y es "porque a la pareja se le ha roto el preservativo". Para que la píldora del día después sea efectiva es preciso actuar con rapidez. Si se toma dentro de las 24 horas siguientes al coito, su efectividad superar el 90%. "Las autoridades sanitarias de Euskadi tienen que cambiar de criterio, porque una joven que se ha quedado embarazada tan pronto recurre a lo que sea y lo que no resulta razonable es ser padre o madre a los 16 años. Lo razonable en esos casos es abortar", abunda Lertxundi. "Una pareja tan joven con un hijo va a terminar por abandonar todo. ¿Van a tener que condicionar toda su vida por un desliz cometido un fin de semana?", se pregunta.
El informe del Ministerio de Sanidad refleja que la tasa de gestaciones interrumpidas en Euskadi entre mujeres de 15 a 44 años asciende al 5,4 por mil, lo que supone un crecimiento de un punto con relación a 2004 (4,4). En total, 2.383 mujeres decidieron interrumpir un embarazo no deseado. A pesar de esta subida, la tasa sigue muy por debajo de la media española (9,60) y de la de los países más avanzados de la Unión Europea y de Estados Unidos y Canadá, donde oscilan entre el 11 y el 25 por mil de las mujeres fértiles.
Las comunidades autónomas con las tasas de abortos más elevadas son Madrid (12,8), Baleares (12,5) y Murcia (11,7). El especialista no se explica muy bien por qué algunas de ellas llegan a doblar la tasa de Euskadi, cuando culturalmente no existen tantas diferencias.
Los profesionales creen que, en realidad, las interrupciones del embarazo son bastantes más de las que registran los archivos oficiales. Muchas intervenciones no se reflejan porque al, no poder encajarse con claridad en uno de los supuestos que prevé la ley para poder abortar, las embarazadas prefieren pasar desapercibidas. En algunos casos optan por no comunicar la operación, aunque sea legal, para preservar su intimidad.
El estudio del ministerio constata que el perfil social y demográfico de la vasca que se somete a un aborto no ha variado en los últimos años. Tiene entre 20 y 29 años, no convive en pareja y no tiene hijos ni abortos anteriores. Trabaja a sueldo y ha completado estudios de segundo grado en su mayoría.
Hospitales y clínicas privadas practican el 92% de los abortos que se registran en Euskadi. En los centros privados, el motivo por el que se realiza la interrupción de la gestación es el peligro para la salud física o psíquica de la embarazada, uno de los supuestos recogidos en la ley. Este tipo de centros sólo está acreditado para la práctica de abortos en estos casos.
En cambio, las interrupciones que se realizaron en centros públicos se debieron a la presunción de que el feto iba a nacer con graves taras. En la mayor parte de los casos, la causa fue la existencia de anomalías congénitas y dentro de estas las más frecuentes fueron las alteraciones cromosómicas, principalmente las relacionadas con el síndrome de Down, seguidas por las afecciones perinatales.
Las mujeres acuden abrumadoramente a las clínicas privadas a abortar, ya que en los hospitales públicos los médicos se han declarado objetores de conciencia. Por esta razón, el Departamento de Sanidad financia la operación en las clínicas de la red privada con las que mantiene algún tipo de concierto.
Tu suscripción se está usando en otro dispositivo
¿Quieres añadir otro usuario a tu suscripción?
Si continúas leyendo en este dispositivo, no se podrá leer en el otro.
FlechaTu suscripción se está usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PAÍS desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripción a la modalidad Premium, así podrás añadir otro usuario. Cada uno accederá con su propia cuenta de email, lo que os permitirá personalizar vuestra experiencia en EL PAÍS.
En el caso de no saber quién está usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contraseña aquí.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrará en tu dispositivo y en el de la otra persona que está usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aquí los términos y condiciones de la suscripción digital.