El siglo XX visto de frente y perfil
El libro 'Fichados' repasa la historia de los últimos cien años a través de la fotografía policial
Contar la historia del siglo XX a través de sus sombras. Un mosaico de imágenes en las que Joseph Stalin, Bill Gates, Al Capone, Steve McQueen y James Brown comparten -de frente y de perfil- escenario. El escritor italiano Giacomo Papi (Milán, 1968), reconstruye los últimos cien años a través de la fotografía de fichas policiales. Fichados, publicado en España por la editorial Alba dentro de su colección Freak (en Inglaterra lo adelantó Granta), recorre los tumbos de un siglo perturbado.
Desde 1848 todo ha quedado atrapado en la malla de la fotografía policial
El retrato policial se estrena con una prostituta y un ladrón de Birmingham
Celebridades de Hollywood arrestadas por escándalo público (Hugh Grant disfrutando en su coche de la felación que le practicaba la prostituta Divine Brown) o -lo más común- por conducir ebrios (Nick Nolte, Steve McQueen...). Junto a ellos, asesinos en serie condenados a muerte, mafiosos, jefes de estado y decenas de acusados anónimos. "Todo cuanto ha ocurrido desde 1848 ha quedado atrapado en la malla de la fotografía policial", escribe Giacomo Papi en el extenso ensayo que cierra el libro. Una alegoría de la culpa en un mundo, añade, que se cuenta y se vende a través del gran espectáculo de imágenes de sus tragedias, de sus muertos y detenciones. En Estados Unidos -donde existen las rogue's galleries, galerías fotográficas de criminales expuestos al público para la curiosidad general y para facilitar su captura- circulan hoy páginas web como The smoking gun (www.thesmokinggun.com), en la que un grupo de periodistas lleva años recopilando las fichas con los delitos menores de todos los famosos que han pasado por comisaría.
En Europa la búsqueda se complica. Giacomo Papi cuenta que para la versión española del libro quiso introducir algunos "fichados" nacionales pero que le fue totalmente imposible. Su principal empeño era la foto policial del teniente coronel Tejero.
A través de 366 rostros, el escritor italiano construye un discurso que arranca con la génesis de la ficha policial como deseo de construcción del "mito de la objetividad científica". "Para definir la normalidad, lo justo y lo honrado, era necesario definir lo anormal, lo erróneo, lo criminal", dice Papi, que cita a Arthur Conan Doyle y el primer capítulo de El perro de Baskerville. En él, uno de los personajes declara a Sherlock Holmes su admiración por Alphonse Bertillon, "creador y maestro" del retrato policial. Nacido nueve años después de la invención de la fotografía, se estrena con las imágenes de una prostituta y un ladrón de Birmingham.
"Contemplando la fotografía del asesino o de la colectividad, la burguesía se colocaba delante de un espejo, fascinada y aterrorizada por la posibilidad de verse a sí misma en negativo", escribe Papi. En Sobre la fotografía, Susan Sontag va más allá al escribir que fotografiar es dotar de importancia y, así, para "los pobres y malvados" significaba por fin atisbar la inmortalidad.
La fotografía identificativa despierta reacciones encontradas y la mirada de los acusados ha cambiado a lo largo del siglo: "Cada vez menos extrañados, cada vez más seguros de sí mismos, cada vez más desafiantes", escribe el autor de Fichados. La foto policial elevada a obra de arte (Andy Warhol) o fetiche: la actriz estadounidense Juliette Lewis tiene colgada en su piso de Los Ángeles la suya (entró con 16 años en un local para mayores de edad) reproducida a gran escala.
En la página 63 del libro, surge el número 048575. Es el de Renato Vallanzasca, más conocido como el bello René. Parece una estrella de cine. Sobre el famoso asesino, secuestrador y atracador milanés (tituló su autobiografía Il fiore del male) pesa una condena de 260 años de cárcel. La ficha de Cesare Pavese está datada en Turín, en 1935. La causa de su arresto: no denunciar a Tina Pizzardo, "la mujer de voz ronca". El escritor suicida fue condenado a tres años de destierro. A su regreso, Tina se había casado con otro. En 1961, un joven actor llamado Al Pacino pasa tres noches en la cárcel por no poder pagar una fianza de 1.800 euros. Él y sus amigos esconden en un coche máscaras negras, guantes y una pistola. Le separa casi un siglo de la imagen de una mujer arrestada en Hamburgo acusada de sádica. En la foto policial, posa con los instrumentos del delito: dos látigos. A otra mujer, Emma Goldman (anarquista, revolucionaria y feminista) también la pusieron entre rejas por azotar. Esta vez por sus ideas sobre la contracepción.
Babelia
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