Alianza linda y fructífera

Las dos cinematografías en español más potentes del mundo, la española y la argentina, forman una "alianza linda y fructífera". Así le gusta referirse a Jorge Álvarez, director del argentino INCAA (Instituto Nacional de Cine y Artes Audiovisuales), a las coproducciones entre los dos países que, desde la gran crisis de 2001-2002, han conseguido salvar el cine del país americano. "Esto es igual que una pareja. Hasta que dos personas no se conocen, no se seducen y no contactan no hay pareja; igual pasa con las coproducciones", añade Álvarez. El director argentino se encuentra en Madrid al frente de una delegación presentando la segunda edición de Argencine, en la que desde ayer y hasta el próximo viernes se estrenarán siete largometrajes argentinos, que buscan su mirada en el ayer, hoy y mañana, además de la proyección de varios cortometrajes y otros títulos de éxito.

El 53% de las películas rodadas en Argentina (73 en total en 2006 y 70 previstas en 2007) son coproducciones con España -"el cine de nuestro país se ha salvado gracias a la mano amiga de España"-, explica Jorge Álvarez.

Los ejemplos han sido y son constantes. Los Almodóvar preparan en coproducción el rodaje en Argentina de la nueva película de Lucrecia Martel, La mujer sin cabeza. La productora Wanda Visión, de José María Morales, acaba de terminar XXY, el debú en la dirección de Lucía Puenzo; está rodando ahora mismo La señal, dirigida por Ricardo Darín, y tiene en proyecto los nuevos trabajos de Daniel Burman y Carlos Sorín. Tornasol Films, de Gerardo Herrero, acaba de terminar en Canarias el rodaje de Que parezca un accidente, del propio Herrero, y tiene previsto el estreno en mayo de la comedia Ciudad en celo. También prepara para este año la película Paisito, de la directora navarra Ana Díez, coproducción de España, Argentina y Uruguay.

Para Jorge Álvarez, el mayor problema al que se enfrenta la cinematografía argentina -"lo mejor que tenemos son los guiones, la forma de contar las historias, además de la gran ductilidad de nuestros actores"- es la comercialización tanto dentro como fuera de sus fronteras. "Producimos mucho y cada vez mejor, pero las bocas de salida están cerradas", se lamenta el director del INCAA. Para conseguir abrir esas puertas -el 70% de las salas de exhibición en Argentina son propiedad de empresas norteamericanas-, Álvarez ve de nuevo la solución en las coproducciones con España y también con Francia e Italia, los dos países con los que el INCAA ha firmado acuerdos recientes de colaboración. "España y Argentina juntas, formando empresas fuertes, podemos competir en el mundo. Está claro que a una producción argentina su estreno en España, y más si consigue un importante éxito, le abre las puertas en el resto de Europa. Es un trampolín para salir a otros mercados", añade satisfecho el responsable del INCAA.