Zapatero hace las cuentas

En Estados Unidos, la presentación del informe económico anual del presidente es uno de los acontecimientos más esperados y toda una tradición democrática. El responsable de la Oficina Económica del Presidente, David Taguas, pensó que era una buena idea para España y así se lo planteó a su jefe al poco de incorporarse al puesto hace unos meses. El presidente Zapatero se la compró y Taguas puso a todo su equipo a trabajar en ello.

Además del propio Taguas, han elaborado el informe, presentado el lunes por Zapatero, Rafael Domenech, Javier Vallés y Pedro Marín. También ha participado un grupo de expertos externos que trabajan fuera de España. Además de revisar todas las estadísticas nacionales e internacionales sobre la economía española, se han utilizado algunos de los modelos de econométricos más avanzados. Por ejemplo, el que pondera los factores que pueden perturbar el crecimiento económico en la zona euro.

En el documento se han utilizado modelos econométricos muy innovadores

Las preocupaciones que se reflejan marcan distancias con la política económica del PP

El informe, de 157 páginas en cinco capítulos, refleja muy bien la visión y las preocupaciones del presidente sobre la situación económica. Son aspectos como la productividad, el I+D+I, la incorporación de la mujer al mundo laboral, la educación, el desarrollo sostenible o la dependencia, que marcan distancias con la política económica del PP.

La etapa de Rodrigo Rato, vicepresidente económico durante el Gobierno del PP, estuvo marcada por la incorporación al euro y la liberalización económica. La fase actual, con Pedro Solbes a la cabeza, ha dado algún paso atrás en la liberalización, pero ha avanzado mucho en materia social, por ejemplo, con la ley de dependencia o la de igualdad.

Ambos han estado al frente de la política económica de estos últimos 14 años -primero Solbes, luego Rato, ahora otra vez Solbes-, el periodo más largo de expansión de la economía española, dice el informe del presidente. Ahora es Zapatero, con la tradición inaugurada el lunes de elaborar y presentar un informe anual, quien adopta "un compromiso personal y directo" con la dirección de la política económica.

Un compromiso que se produce ahora, en un momento bastante dulce en el ámbito económico, frente a un panorama político más enredado. Zapatero es realista en las carencias que plantea para la economía española, pero el mensaje general es muy positivo: la economía española tiene el horizonte despejado al menos en los dos próximos años. Un buen pistoletazo de salida en los albores de la campaña para las elecciones municipales y autonómicas.

Las carencias no se ocultan, en especial, la precariedad del mercado de trabajo, con un 34% de tasa de temporalidad, el abultado déficit exterior, la corta vida educativa de los jóvenes españoles, la baja productividad, el camino que queda para la plena incorporación de la mujer al mercado laboral, o la todavía deficiente dotación de capital tecnológico y el reto que supone el envejecimiento de la población para el sostenimiento del sistema público de pensiones.

Las referencias al problema de la vivienda son, por el contrario, escasas y sin propuestas concretas. Tampoco se extiende el informe en explicar cómo puede asimilar la red de servicios públicos (sanidad y educación, sobre todo) la avalancha de inmigrantes. Y no se refleja bien en el informe la importancia que tiene en las políticas públicas el grado tan alto de descentralización administrativa que existe en la actualidad en España.

Las reformas que contiene el informe son, por otra parte, conocidas, porque la gran mayoría ya están en marcha e incluidas en el Plan Nacional de Reformas, el acuerdo de pensiones con los sindicatos, la reforma laboral o la fiscal. Las que se apuntan son todavía inconcretas y espinosas. En el terreno laboral, por ejemplo, reducir más la temporalidad, o en las pensiones, observar lo que se hace en otros países, sobre todo, alargar la vida laboral.