La inmensa soledad de vivir en familia

Los hermanos Tristán y David Ulloa cavilaban sobre la idea de la incomunicación entre personas que viven bajo un mismo techo como tema para su primer largometraje, cuando cayó en sus manos la novela del peruano Santiago Roncagliolo, Pudor. Era lo que buscaban. Compraron los derechos del libro, sustituyeron Lima, escenario de la obra, por Gijón y enviaron el guión, escrito por Tristán, al productor José Antonio Félez, que se embarcó en el proyecto.

La ópera prima de los hermanos Ulloa, que ya habían trabajado juntos en su cortometraje Ciclo, es un crudo retrato de la soledad de los miembros de una familia en la que nadie se atreve a decir lo que siente. Un padre (el actor Nancho Novo) que oculta que le quedan seis meses de vida; una madre frustrada (Elvira Mínguez, Biznaga de Plata a la mejor actriz en el pasado Festival de Málaga por este papel) que se envía a sí misma anónimos pornográficos; un abuelo (Celso Bugallo) que quiere vivir su última historia de amor; una hija (Natalia Rodríguez) que lucha por resolver las contradicciones y dudas de la adolescencia; y un niño (Marcos Ruiz) que ve fantasmas. "Pudor no es autobiográfica, pero tiene puntos comunes en los que David y yo nos reconocemos", señalaba Tristán Ulloa tras la presentación del filme en Madrid el pasado 26 de marzo. "Es una historia que podría ocurrir en cualquier sitio". ¿Por qué en Gijón? "Al hablar de incomunicación, queda más obvio que suceda en una ciudad grande, como Madrid o Barcelona. Pero puede pasar en una ciudad de provincias", apostillaba David.

La cámara entra en la intimidad de los personajes y destapa lo que ellos tratan de esconder, su verdad. "¿Por qué nos choca este cine contextualizado en España? Quizá porque haya prejuicios, porque tengamos pudor o porque no nos gusta que se nos muestre ese lado más retorcido que tenemos", señala Tristán. Con todo, no cree que Pudor sea una película pesimista, sino que habla de cómo uno no se da cuenta de lo que tiene al lado hasta que no ocurre algo que actúa como revulsivo. Porque la familia de Pudor, sin moralismos, "está ahí, hasta el final". Tristán y David, actor el primero y realizador de televisión el segundo, se han repartido el trabajo en su primer largometraje. Tristán ha mimado especialmente la dirección de los actores, mientras David se ha centrado en los aspectos más técnicos. Según declaró Félez durante el pasado Festival de Málaga, la película saldrá hoy con 60 copias, "un estreno cerradito", con la esperanza de que se repita el éxito de otra de sus producciones, Azuloscurocasinegro, el primer largometraje de Daniel Sánchez Arévalo.