La riqueza petrolera se vuelve contra Chávez
Lo que más desespera al presidente venezolano Hugo Chávez es la escalada de los precios. Sabe que la inflación sin control atiza el mal humor de la gente y rebaja a mínimos la popularidad de un Gobierno, por eso la primera medida económica de este año fue poner en marcha el llamado "pacto inflacionario", que reduce los impuestos sobre los productos y castiga a los especuladores o acaparadores de productos.
El plan de choque ha logrado situar la inflación de febrero en el 1,4%, 0,6 décimas por debajo de la de enero. En este primer mes, el Gobierno comprendió que no podría cumplir su meta del 12% para todo el año. En 2006 fue del 17%.
Lo curioso del problema de la inflación de Venezuela es que lo genera el propio Estado con todo lo que gasta. Un informe del Banco Provincial, del Grupo BBVA, revela que el gasto fiscal aumentó un 60% en 2006. "El gasto, entre el presupuestado oficialmente y el que sale de las cuentas que el Gobierno maneja arbitrariamente, se eleva en torno al 40% del PIB [producto interior bruto], es decir, una barbaridad", explica el analista Orlando Ochoa. "Todas las supuestas medidas que se toman ahora para rebajar la inflación, como la de reducir los gravámenes de productos alimentarios o quitar ceros a la moneda, sólo están destinadas a contentar a la población con vistas al referéndum de la reforma constitucional, el visto bueno para la reelección indefinida, previsto para finales de este año", añade.
Es tal la cantidad de dinero que Venezuela ingresa por las ventas petroleras que logra tener un superávit fiscal del 15% en el PIB, aun a pesar de que en el último año las importaciones han aumentado más de un 30%. Los ingresos petroleros ascendieron a 52.600 millones de dólares en 2006 (40% del PIB), una cifra que supone un 46% más de lo alcanzado el año anterior, en buena parte gracias a los altos precios del crudo y el aumento de la producción. Teniendo en cuenta los datos de Ochoa, que coinciden con los de otros expertos, Chávez gasta prácticamente cada dólar que gana con el petróleo. Aunque la economía ha crecido en torno al 10% en los últimos dos años, es difícil saber si el país será capaz de mantener estos niveles en 2007. Una de las razones para ser pesimistas es, justamente, la inflación. Varios estudios consideran que la escalada de precios refleja las restricciones que enfrenta la economía para continuar expandiéndose. Esto, unido al temor de que durante 2007 el mercado petrolero sea menos favorable para los intereses venezolanos, "permite anticipar una desaceleración del crecimiento económico, que se calcula en el 4,3% para 2007", según los analistas del Banco Provincial. El Fondo Monetario Internacional, por su parte, prevé un crecimiento aún menor del PIB venezolano, el 3,7%.
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