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El PP vota en el Senado a favor de la ley de identidad de género para transexuales

El mayor grupo de la oposición había rechazado la norma en el trámite en el Congreso

El PP dio ayer la sorpresa en el Senado y votó con todos los demás partidos la ley que regulará el cambio en el Registro Civil y otros documentos oficiales del nombre y sexo de las personas transexuales. El Grupo Popular había votado en contra en el Congreso, y se abstuvo en la Comisión de Justicia del Senado. La Cámara Alta es "de segunda lectura y enfriamiento, y lleva a una mayor reflexión", dijo el portavoz popular, Evaristo Nogueira, para explicar el cambio. "Los transexuales llevan una lucha muy importante desde hace muchos años", afirmó.

Aparte de estas consideraciones ante el sufrimiento de un grupo (entre 3.000 y 8.000 personas en España, según los cálculos de las asociaciones de implicados), Nogueira dio otra razón para su cambio de postura. La ley -que todavía tiene que volver al Congreso- establece que el cambio registral se hará en función de un "expediente gubernativo". El PP pedía al principio que hiciera falta una sentencia judicial -como ahora-, y el proyecto que apoyaban los demás grupos establecía que bastaba un informe médico.

Pese al apoyo general al dictamen, el PP mantiene una de sus enmiendas: la que establece que para demostrar el cambio de sexo la persona tiene que haberse sometido a una operación quirúrgica completa, incluida la reconstrucción genital. Pero hasta en este aspecto los populares suavizan el espíritu de su propuesta. Admiten que aquellos que no puedan someterse a la operación por motivos médicos cambien los datos del Registro Civil, entendiendo esta excepción "en su sentido más amplio", matizó Nogueira, lo que deja abierta la puerta a que una persona transexual pueda aducir que no se somete a la cirugía por motivos psicológicos. Esta apreciación es importante ya que algunos transexuales -sobre todo los hombres- desconfían de una intervención que todavía no está lo suficientemente avanzada como para permitirles disponer de unos genitales funcionales y satisfactorios.

Viaje al centro

Para la Asociación Transexualidad Clínica, que ha negociado con el PP, la modificación del sentido del voto es una muestra de que el partido "quiere ir al centro". Esta asociación impulsó también otra enmienda, que defendió IU pero no salió, para que la ley incluya medidas para fomentar la inserción laboral de las personas transexuales (se calcula que más del 90% de las mujeres está en el paro).

Lo que ninguna asociación ha conseguido es que los menores puedan acogerse al proceso de reasignación sexual. Según expertos como Jos Megens, médico holandés que dirige desde hace 26 años la unidad de género del centro médico de la Universidad Libre de Amsterdam, por allí han pasado 3.000 personas, muchos adolescentes e incluso niños ya saben que son transexuales. Empezar los tratamientos hormonales antes de la pubertad es una ventaja para ellos, ya que se detiene el desarrollo hormonal y es más fácil el proceso de acomodación física y psicológica, opina este experto.

Otra de las demandas que no han sido atendidas es que la ley se aplique a los extranjeros. "Esto sería muy importante para el permiso de residencia y de trabajo", ha dicho Carla Antonelli, quien elabora el diario transexual digital que lleva su nombre.

"Las extranjeras tienen todavía más problemas que las españolas para conseguir trabajo, y tener en los papeles un nombre que no corresponde con su aspecto no les ayuda", ha dicho Antonelli, quien es además portavoz del área transexual del Grupo de Gays, Lesbianas, Transexuales y Bisexuales del PSOE.

En la ley se mantiene, además, una enmienda que permitirá que las dos mujeres de una pareja de lesbianas se registren como madres del niño que una de ellas tenga por inseminación artificial. Hasta ahora la ley de reproducción humana asistida no incluía esta posibilidad (sí que lo hacía para los maridos en el caso de los matrimonios heterosexuales), lo que obligaba a la mujer casada con una madre a iniciar un proceso de adopción, con el consiguiente retraso y gasto.

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