"La Universidad latinoamericana debe ejercer de laboratorio democrático"
Si España es el puente natural entre Latinoamérica y Europa, México puede ser ese puente en el camino inverso, al menos en lo que a la educación superior se refiere. Así lo sostiene el rector de la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM), Juan Ramón de la Fuente (Ciudad de México, 1951). De la Fuente inauguró en Madrid recientemente, junto a la ministra de Educación española, Mercedes Cabrera, y un nutrido grupo de rectores, la Fundación Ibero-UNAM, que centralizará los convenios de intercambio de alumnos y docentes con los campus españoles y buscará fondos para intensificarlos.
En el contexto de la globalización y la economía del conocimiento, el rector de la universidad pública más importante de México y una de las más grandes del mundo en cuanto a número de alumnos, insiste en la importancia de la creación de un espacio iberoamericano del conocimiento, en el que gobiernos y campus ya han empezado a pensar. Al modo del espacio europeo, establecería carreras equiparables que faciliten a estudiantes y graduados moverse fácilmente entre Latinoamérica, España y Portugal.
"Mientras no mejore la proporción de jóvenes que hace una carrera, el 20%, las posibilidades de nuestros países se verán muy limitadas"
"Si queremos un espacio común de educación iberoamericana debe haber equivalencias y, por tanto, evaluaciones compartidas"
Pregunta.¿Está preparada la Universidad latinoamericana para ese espacio común?
Respuesta. Creo que ha habido algunos avances, y hay que reconocerlos, en materia de transparencia, rendición de cuentas o modernización del currículo. Pero también hay que reconocer que todavía tiene que avanzar mucho más en el campo de la investigación, el desarrollo, la innovación científica y tecnológica.
P. También hará falta garantizar un mínimo de calidad en su formación.
R. Si queremos consolidar un espacio de educación común iberoamericana es necesario que haya equivalencias y para eso tiene que haber evaluaciones compartidas; los mismos instrumentos con los mismos criterios en Europa y en América para que realmente pueda haber esa reciprocidad entre estudiantes e investigadores. Aquí tenemos también un gran camino por recorrer. La Universidad en América Latina es mucho más heterogénea que la europea, coexisten universidades probadamente buenas y otras que tienen todavía que esmerarse mucho más en mejorar su calidad.
P. Pero eso necesita medios.
R. En América Latina, el Estado no siempre está comprometido con la formación, la investigación, la innovación, con las políticas de desarrollo... Y tenemos un sector privado que muchas veces tampoco está dispuesto a invertir el capital de riesgo que se requiere. Y esto nos lleva a la pregunta: ¿para qué queremos un sistema educativo robusto?
P. ¿Para qué?
R. Un sistema educativo que no sea capaz de ir acortando las brechas sociales y la desigualdad está fracasando. Tiene que haber mecanismos de apoyo para que la gente sin recursos pueda acceder a una buena educación, si no, lo único que haces es perpetuar la desigualdad. Los estudiantes pobres tienen que tener buenas universidades públicas, que han de estar financiadas en buena medida por el Estado. Así que también debemos tener cuidado para que, en aras del pragmatismo que el mundo moderno exige, no perdamos de vista la parte filosófica, social.
P. Pero aún es una realidad que una gran parte de la sociedad latinoamericana no tiene acceso a la Universidad.
R. Eso es un problema gravísimo. La proporción de jóvenes entre los 18 y los 24 años que accede a la Universidad apenas rebasa el 20%. En Europa sobrepasa el 50%, llegando incluso al 80% en los países nórdicos. Mientras esto no mejore, las posibilidades reales de nuestros países se verán seriamente limitadas. Todavía necesitamos seguir considerando la cobertura y la cantidad como una prioridad. En otros países, ya se pueden concentrar sólo en la calidad, nosotros tenemos que trabajar en las dos cosas a la vez.
P. Para eso habría que mejorar los niveles educativos previos.
R. En las últimas décadas se ha hecho un gran esfuerzo en la escolarización en primaria y secundaria. Y por otro lado, por primera vez en estos últimos años el crecimiento poblacional en toda América Latina está disminuyendo. La cobertura en educación primaria y secundaria es casi total, al menos en el caso de México, en primaria, y muy buena en secundaria, así que ahora el principal problema que tenemos es mejorar la calidad.
P. ¿Cuál ha sido el papel de la UNAM en los procesos de democratización que ha vivido México en las últimas décadas?
R. Yo creo que los ha venido apoyando de una manera muy significativa. Y en este último proceso [las elecciones presidenciales del año pasado], que generó una polarización importante en la sociedad mexicana, la UNAM fue nuevamente ejemplo de cómo en un ambiente de libertad pudieron expresarse plenamente todas las voces, en un marco de respeto, de tolerancia. Y yo creo que la sociedad va valorando a la UNAM como gran laboratorio social que es.
P. La Universidad latinoamericana, ¿debe ejercer esa función de laboratorio democrático?
R. Sin duda, y además yo creo que es la mejora alternativa para América Latina. Esta región está pasando por un periodo difícil. Se ha avanzado muchísimo al cambiar de regímenes militares y autoritarios a democracias, pero se está enfrentando a problemas muy complicados. El mayor es la desigualdad. Si las sociedades no sienten que las democracias les están resolviendo sus problemas, pueden aparecer nuevamente tentaciones autoritarias o de regímenes populistas. En este aspecto la Universidad desempeña un papel muy importante de ponderación, de análisis, de orientación de la opinión pública, sobre todo para que en los próximos años, que serán muy duros, se rechace esta tentación de volver al autoritarismo. Creo que además de sus otras funciones, la Universidad latinoamericana tiene un compromiso fundamentalmente con la democracia.
RADIOGRAFÍA DE LA UNAM
Fundada en 1553, es la universidad más antigua de América
En la actualidad cuenta con unos 280.000 alumnos y 30.000 profesores
El año pasado su presupuesto fue de casi 1.400 millones de euros, de ellos, el 85% procedentes de las arcas públicas
15.000 estudiantes y docentes participaron en 2006 en estancias, simposios e intercambios entre la UNAM y las universidades españolas
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