Los billetes del fraude

Cunde ya la sospecha de que la economía negra en España está construida sobre billetes de 500 euros, ese instrumento perfecto para resolver transacciones opacas al control de la Hacienda pública. Durante 2006 el número de billetes de 500 aumentó el 18%, hasta los 112 millones de unidades; representan el 62% del efectivo total en manos de los españoles; el importe de estos billetes fue de 55.907 millones de euros, mientras que el efectivo total de todos los billetes en circulación ascendió a 90.043 millones de euros. Más del 26% de los billetes de 500 circula por España, un porcentaje que constituye un claro indicio de que la economía sumergida crece al mismo ritmo o superior que el conjunto de la economía.

Ante señales tan inquietantes, parece que ha llegado el momento de que la Agencia Tributaria ponga en marcha todo lo necesario para controlar estos billetes, de forma que pueda conocerse el número de transacciones, su volumen y el nombre de las personas que realizan las operaciones. Dado que los indicios razonables de fraude se acrecientan sin cesar, habría que reclamar de nuevo la elaboración de un censo de aquellas personas físicas o jurídicas que se dedican a atesorar los billetes de mayor valor. Los técnicos de Hacienda piden, además, que todas las entidades financieras e instituciones que realicen cualquier actividad económica, presenten una declaración anual que recoja las personas físicas y jurídicas que reciban o entreguen este tipo de billetes.

La cuestión es cuánto cuestan estos controles u otros similares, quién asume el coste y si son compatibles con el marco legal vigente. Conviene que la administración tributaria tenga respuestas rápidas, porque la economía negra crece vertiginosamente a la vista de todos; es cualquier cosa menos oculta.