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Reportaje:

A Novartis le gusta el vino

La multinacional suiza apuesta por la bodega Abadía de Retuerta

La multinacional farmacéutica Novartis desembarcó a mediados de los años noventa, por carambolas financieras y empresariales, en el sector del vino en España a través de la bodega Abadía de Retuerta. Hoy, el grupo suizo, lejos de permanecer en el sector por compromiso, ha decidido apostar por el vino como negocio con inversiones en la bodega de 15 millones de euros, a los que se sumarán otros 15 millones para el desarrollo del enoturismo.

La farmacéutica ha invertido ya en la bodega vallisoletana 15 millones de euros, a los que va a sumar 15 millones para desarrollar enoturismo
Abadía de Retuerta factura siete millones de euros y vende sólo un millón de botellas, un 60% en España y el resto en el exterior
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Apuesta por el enoturismo

La bodega, aunque está ubicada en los aledaños de la zona de Ribera de Duero, no pertenece a esta denominación de origen, pero una parte de las 700 hectáreas con que cuenta la finca podrían acogerse a la misma. Sin embargo, al tratarse de las tierras menos propicias para el cultivo del viñedo, la bodega cuenta con una superficie de 210 hectáreas cultivadas solamente en los terrenos que se han considerado como los más idóneos para producciones de calidad según su enólgo Angel Anocíbar. Esta situación ha hecho que los vinos se hayan comercializado bajo el paraguas de Vinos de la Tierra de Castilla en una clara apuesta por el prestigio de la marca propia. La bodega pretende ir a la denominación de vinos de pago.

La multinacional aplica la filosofía del grupo en investigación y desarrollo al ciclo de la producción de vino en Abadía de Retuerta, señala su director general, Donald Cusimano.

La finca donde se halla la bodega perteneció en su día a una sociedad de agricultores a quienes ofrecía servicios. La multinacional Sandoz, que les surtía de productos de sanidad animal, terminó haciéndose con la finca para resarcirse de impagos de sus propietarios. Más tarde, en 1996, con la fusión de Sandoz y Ciba y la creación de Novartis, la bodega pasó a manos del nuevo grupo. Lo tomó al principio como una carga, pero hoy es una de las joyas de la corona.

El objetivo del grupo en Abadía de Retuerta no es incrementar sustancialmente su producción. De las 210 hectáreas que tiene de viñedos, el 75% de tempranillo y 25% de cavernet,sólo pretende pasar a unas 250. No adquiere uva fuera de su explotación. Hoy tiene un volumen de elaboración de un millón de botellas, y el objetivo en el futuro es mantenerse en esos niveles con vinos de calidad.

Una de las notas diferenciadoras de la bodega es el tratamiento del vino que se hace desde la viña. La superficie de viñedo se halla sobre tres tipos de terrenos, calizos, arenosos y con grava. Para la aportación de agua al viñedo se dispone de sistemas de control que miden la humedad en el ambiente, el tronco y los suelos. Además se controlan los niveles de humedad en las hojas por rayos láser. La producción por hectárea se sitúa en 5.000 kilos de uva, para lo cual, como en una gran parte de las grandes bodegas, se utiliza la vendimia en verde en varias fases.

La superficie de viñedo está dividida en 54 pagos y la producción de cada uno de ellos se aborda de forma independiente. Tras su elaboración, de algunos pagos se hace un vino único, pero con el resto se hace un cupage para cada marca de la bodega: Primicia, Rivola, Selección Especial o Cuvée Palomar. Una segunda nota diferenciadora es que las operaciones en la bodega se hacen todas por gravedad, lo que evita movimientos innecesarios del caldo.

Abadía de Retuerta tiene una facturación de unos siete millones de euros. Del millón de botellas que comercializa, el 60% las vende en España, un 20% en EE UU y el resto en otros países.

Angel Anocibar, enólogo de Abadía de Retuerta
Angel Anocibar, enólogo de Abadía de Retuerta

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