Jon Lee Anderson reconoce en el Che las cualidades del héroe clásico
"El Che es un icono universal porque reunía todas las cualidades del héroe clásico, como Ícaro o Dios: su disposición al sacrificio por sus ideales, la austeridad, la voluntad de cambiar el mundo...", razona el reportero Jon Lee Anderson, autor de Che Guevara. Una vida revolucionaria (Anagrama), considerada la mejor biografía sobre el mítico líder argentino, aparecida en 1997 y que ahora reedita con honores de novedad: retraducida y retocada. "Ahora aparece por primera vez en castellano para mí", afirma. El atributo de mejor no es gratuito: el trabajo del prestigioso periodista de The New Yorker ha cambiado hasta la fecha de nacimiento del Che (del 14 de junio de 1928 al 14 de mayo del mismo año) y permitió en 1997 que se hallaran sus restos, enterrados en la selva boliviana, a partir de las declaraciones que Anderson arrancó al militar que comandaba la patrulla que le capturó.
Esos datos son la punta del iceberg de una labor que llevó a Anderson a investigar en nueve países y a consultar 220 libros; en total, cinco años, tres vividos en La Habana. Ahí consultó archivos oficiales hasta entonces cerrados y contó con el apoyo de la viuda del guerrillero, Aleida March, que hizo lo propio con los papeles de su marido. Ello le granjeó el sambenito de biógrafo oficial que los claroscuros del personaje reflejados en las 750 páginas del libro desmienten. Constatada queda la etapa estalinista de un líder que ordenó ejecuciones sumarísimas y que incomodó a Fidel Castro ante la URSS por su tendencia maoísta.
El "gatillo ideológico"
Anderson cree haber identificado qué llevó al joven médico a convertirse en lo que fue. "Se sentía responsable por los males de la sociedad; su afán misionero le llevó a Marx, que hablaba de los desheredados. Iba con sus libros por el continente en pleno apogeo del imperialismo de EE UU, que alimentaba esas desigualdades. Y de ahí salió todo".
El momento clave sería su estancia en Guatemala, en 1953, donde vivió el derrocamiento, auspiciado por EE UU, del Gobierno democrático de Jacobo Arben. "La indignación social, la rabia, hizo de gatillo ideológico para él". Según el biógrafo, "allí dejó su búsqueda ideológica y se paró en el peor momento, con el estalinismo". Porque, para Anderson, cuando murió Ernesto Guevara, en 1967, "estaba madurando ideológicamente; con el tiempo, se hubiera moderado".
¿Hizo lo posible Fidel para salvar al Che en Bolivia? "Lo que montaron los cubanos allí fue una operación encubierta de un Estado en otro; cuando las cosas fueron mal, decidieron limitar los daños; y al final el Che se quedó solo, sí", sentencia lacónico Anderson, quien tras asegurar que "la relación entre Fidel y el Che no fue la de Stalin con Trotski", admite que "era obvio que el Che estaba en aprietos y en La Habana lo sabían", pero que ambos habían pactado esa aventura. "Sólo queda la duda", lanza el biógrafo, "de por qué la operación fue tan chapucera".
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