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VINOS

El 'mapa vini' del gurú Parker

Se edita en español 'Los mejores viñedos y bodegas del mundo'

Carlos Delgado

De abogado a crítico de vino de fama mundial, el estadounidense Robert Parker marca tendencia con sus catas y su revista 'The Wine Advocate'.

Acaba de publicarse un nuevo libro de Robert M. Parker, hijo, donde el prestigioso crítico norteamericano muestra sus preferencias vitivinícolas y rinde homenaje a los vinos excepcionales del mundo y a las personas que los hacen posibles. Y con él, como ya resulta habitual, llega la polémica. Porque la presencia de viñedos y bodegas españoles en este libro es raquítica.

Este abogado de North Maryland, que dicta modas y encumbra caldos, abandonó su carrera para dedicarse a la crítica de vinos, se hizo famoso con una apuesta arriesgada sobre la futura calidad de la añada 1982 de Burdeos, por la que nadie daba nada y que luego resultó excelente. A partir de entonces, sus consejos de compra se convirtieron en acto de fe. Parker, de aspecto fuerte y modales campechanos, es un tipo trabajador y con ideas bastante firmes, cuando no fijas. Sorprende su falta de divismo, pese a ser el crítico más famoso y alabado del mundo. Sin contar con conocimientos técnicos o estudios enológicos, en 1978 decidió convertir en profesión los conocimientos que había adquirido sobre el vino y publicó el primer número de The Wine Advocate (El Abogado del Vino). Una revista que se define como "la guía bimensual del consumidor independiente de buenos vinos". The Wine Advocate no acepta publicidad y la suscripción cuesta 50 dólares al año (unos 38 euros). Actualmente tiene 40.000 suscriptores en unos 40 países.

La revista incluye los concisos y despiadados comentarios sobre los últimos vinos catados por Parker y su equipo. Se trata de comentarios muy breves, que incluyen su temida puntuación. Un ejemplo de su estilo es el texto sobre Lambert Bridge Cabernet Sauvignon 1979, al que otorgó sólo 56 puntos: "Uno no puede sino preguntarse qué hace esta bodega para que su vino sea tan imbebible. Este tinto tiene un intenso aroma vegetativo, a corral y sabores poco habituales". El tiempo ha convertido The Wine Advocate en la biblia de los compradores. Y las puntuaciones altas suponen el lanzamiento mundial de vinos y bodegas.

En sus 25 años de actividad como crítico, Parker ha catado unos 250.000 vinos y, hasta diciembre de 2000, había otorgado la nota máxima de 100 puntos 76 veces. En su último gran repaso anual, hace más de un año, llegó a valorar 616 vinos españoles y otorgó algunas calificaciones altas. Pero sigue sin reflejar plenamente el impresionante progreso vitivinícola de los últimos años. Ningún vino español ha conseguido ser valorado con 100 puntos, mientras que en Francia lo han hecho ya más de un centenar; en su país, Estados Unidos, se acercan a la decena, y en Australia, 14 lo han logrado.

La situación tal vez se explique por el desconocimiento que Parker tiene de los vinos generosos, lo que se manifiesta en el hecho de que en su libro no figure ninguna bodega jerezana (como, por ejemplo, González Byass). Lo mismo habría que decir de la insuficiente curiosidad por los dulces, lo que sin duda le habría tenido que llevar a considerar bodegas como la cordobesa Alvear. Tal vez piense que nuestros tintos padecen ciertas deficiencias estructurales, pero hay ejemplos de vinos superiores a algunos de los citados en su libro y que, sin embargo, no figuran en él.

En cualquier caso, tres tintos españoles alcanzaron en su valoración del año 2000 los 99 puntos. Actualmente, 17 reciben 98 puntos. En fin, o no le llegan todos los vinos españoles de máxima calidad, o, según la opinión del gurú norteamericano, queda mucho por hacer. Sirva de consuelo el que Italia tampoco sale mejor parada; aunque tiene dos vinos de 100 puntos.

Esta visión de índole tan personal se refleja en su reciente e interesante libro Los mejores viñedos y bodegas del mundo, editado por RBA. Un grueso tomo concebido a modo de guía donde Parker muestra sus preferencias y debilidades. Así, en el libro reseña 80 bodegas francesas (con un excelente trabajo, que ocupa casi la mitad del libro), mientras que de España no merecen atención más que seis: Artadi, Clos Erasmus, Álvaro Palacios, Tinto Pesquera, Dominio de Pingus y Vega Sicilia. Dos menos que Australia. La injusticia es notoria, lo que puede entenderse porque Parker delega en buena medida la cata y juicio de los vinos españoles en otros miembros de su equipo. En Portugal se citan tres bodegas, ocho en Alemania y 23 en Estados Unidos.

Calidad y diversidad

Lo curioso es que Parker insiste en que "España representa una de las áreas más emocionantes del mundo del vino, en gran parte porque ha hecho un trabajo excepcional tanto en el respeto por sus tradiciones como en su mirada hacia el futuro". Y asegura que se va a convertir en una potencia vinícola mundial en los próximos 10 años, gracias a la calidad y diversidad de la producción. Un apunte económico significativo: España se ha consolidado en EE UU como el quinto país importador de vino. Profetiza Parker que Jumilla, Priorat y Toro superarán en 2015 a las zonas más prestigiosas de España, lo que evidencia las lagunas de Parker, ya que, sin desmerecer los progresos de estas denominaciones de origen -a las que habría que añadir El Bierzo, Cigales, Yecla, Alicante, Tacoronte, Binissalem...-, Rioja sigue encabezando la clasificación de los tintos más importantes, seguida por la indomable Ribera del Duero.

Es de justicia reconocer que, por otro lado, gran parte del éxito de ciertos vinos españoles en los mercados más exquisitos se debe precisamente a Robert Parker. En cualquier caso, se puede, y se debe, criticar a Parker por su sesgada forma de ver y juzgar el mundo del vino. Y también hay que reconocer que siempre ha señalado el papel determinante del consumidor. En la portada de The Wine Advocate se lee: "Nunca habrá un sustituto del gusto propio, y no hay mejor cursillo que probar el vino personalmente". Esperemos que el gusto de Parker siga evolucionando y se acomode mejor a la pujante realidad vitivinícola española.

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Sobre la firma

Carlos Delgado
Periodista, escritor, y crítico enogastronómico. Premio Nacional de Gastronomía 2002. Es crítico enológico de EL PAÍS desde finales de los ochenta. En 1989 participó en la fundación de Slow Food, donde ha sido vicepresidente internacional y presidente nacional. Es autor de libros como 'El Libro del Vino' y 'El Libro de los Aguardientes y Licores'.

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