La compra de pitillos bajó un 2,8% el primer año de la ley antitabaco
Seis de cada 10 adultos creen que debe prohibirse fumar en restaurantes
La ley antitabaco, que entró en vigor el 1 de enero de 2006, ha tenido un moderado efecto sobre la compra de cigarrillos. El año pasado se vendieron 4.505 millones de cajetillas, un 2,8% menos que el año anterior. La cifra acentúa una tendencia que ya se apuntó en 2005, cuando la venta cayó un 0,6%, aún antes de entrar en vigor la ley, según los datos del Comisionado para el Mercado de Tabacos.
Lo que sí fue nuevo fue que, por primera vez, la facturación por cigarrillos (vendidos en cajetillas de 20 unidades) bajó. El descenso fue del 0,89%, hasta quedarse en los 10.153 millones de euros. La variación de estas ventas había ido reduciendo su ritmo desde el 9,59% que creció en 2002. La cifra de los 10.000 millones de euros (similar, por ejemplo, al de la factura pública en medicamentos) se superó por primera vez en 2004, según los datos del Comisionado.
En lo que el Ministerio de Sanidad no ha tenido éxito ha sido en lograr un encarecimiento del tabaco que sea disuasorio para los fumadores más jóvenes. Las estrategias de las tabacaleras, con el lanzamiento de las marcas baratas han podido con los intentos de aumentar los impuestos. El precio medio de cada cajetilla quedó en 2,25 euros. Este importe es el mayor que se ha alcanzado nunca, pero la subida frente a 2005 fue de sólo el 1,97%, lo que quiere decir que en términos reales el tabaco cuesta menos que hace un año, ya que el aumento ha sido inferior al de la inflación.
Hostelería
Por otro lado, los estudios siguen mostrando el apoyo popular a la ley. El último, realizado por el Comité Nacional de Prevención del Tabaquismo (CNPT) mediante 2.500 encuestas a personas de más de 18 años recoge que el 60% cree que la ley debía haber sido más estricta, y prohibir fumar en todos los restaurantes. Con la ley antitabaco, los locales de hostelería de más de 100 metros cuadrados sólo pueden dedicar un 30% del establecimiento a zona para fumadores, perfectamente acondicionada y separada del resto. Sin embargo, según la percepción de los consumidores, esto se incumple sistemáticamente.
Un 53% de los españoles, según la misma encuesta, cree que debería prohibirse fumar totalmente en bares y discotecas. "Cuando en 2008 entre en vigor esta prohibición en Francia, serán unos 200 millones de europeos los que disfruten de zonas de ocio sin humo", aseguró Rodrigo Córdoba, portavoz del comité. Otros países que ya han implantado la prohibición total son Italia, Irlanda, Reino Unido y Bélgica, entre otros.
La encuesta también refleja que casi el 62% de los fumadores dejaría el tabaco si lo pidiese su médico y que un 13% no es consciente de los peligros de ser fumador pasivo y cree que el hecho de que los padres fumen no incrementa el riesgo de que sus hijos padezcan enfermedades respiratorias. Por eso el comité ha pedido que se realicen campañas publicitarias para explicar los peligros de respirar el humo del tabaco de otros, que se calcula que causa unas 6.000 muertes al año.
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