El puente rojo de Bilbao
Una intervención de Daniel Buren mejorará la integración del viaducto que cruza el Guggenheim
El puente de La Salve, una vía de entrada a Bilbao sobre la ría del Nervión por la que circulan 60.000 vehículos al día, será transformado con una intervención del artista francés Daniel Buren para integrarlo visualmente en el Museo Guggenheim. El puente, construido 25 años antes que el museo, sobrevuela la nave más grande del Guggenheim. Buren ha propuesto cubrir el arco de acero del puente con una estructura de color rojo, que trata de armonizar con las formas orgánicas del Guggenheim y el color de su piel de titanio, e iluminarla con haces de luz en movimiento. El proyecto de escultura roja de Buren será ejecutado en los próximos meses para conmemorar en octubre de 2007 el décimo aniversario de la inauguración del museo.
El puente de La Salve, con sus cuatro carriles y su poderosa estructura de acero y hormigón, estuvo presente en el diseño arquitectónico del Guggenheim desde el primer momento. La integración de la vía en el edificio fue un reto que el arquitecto Frank O. Gehry solucionó dejando que una inmensa nave -3.000 metros cuadrados de superficie- se deslizara por debajo del puente. En su extremo, dos torres huecas rematan el edificio, sin otra misión que facilitar la convivencia del puente y el museo.
Buren ha titulado Cruzando, una escultura 'in situ' la intervención que transformará el puente de La Salve . La clave del proyecto, la escultura de la que habla en el título, se colocará sobre el arco de sujeción del puente, de líneas rectas y ahora pintado de verde.
Buren piensa que la armonía entre el edificio y el puente queda alterada por el arco de acero, que "no está visualmente conectado con la elegancia del museo". El artista quiere transformarlo con una cubierta de color, que cambia su forma y configuración sin hacerle perder su función original. El rojo vivo ha sido elegido para contrastar con el verde de la estructura del puente, aportando lo que el artista llama una "conexión cromática" con el titanio. Los bordes de la escultura roja estarán pintados de rayas blancas y negras, una seña inequívoca de los trabajos de Buren.
La luz también juega su papel. La intervención utilizará la iluminación estática sobre ambas caras de la escultura y marcará su perfil con haces de luz en movimientos.
Votación
Además de Buren fueron invitados a realizar una intervención en el puente de La Salve los artistas Liam Gillick, Jenny Holzer, Cristina Iglesias y Olafur Eliasson. Sólo los tres primeros aceptaron la propuesta. El proyecto vencedor fue elegido por una comisión formada por representantes de las instituciones vascas, el director de la Fundación Guggenheim de Nueva York, Thomas Krens; el director del Guggenheim Bilbao, Juan Ignacio Vidarte, y el responsable de exposiciones de la Royal Academy of Arts, de Londres, Norman Rosenthal. Su decisión coincidió con el resultado de la votación de los visitantes de la exposición que ha mostrado las maquetas de los tres proyectos. Buren ganó en la consulta, pero sólo por 11 votos más que Jenny Holzer.
Los tres artistas se decantaron por utilizar la luz en sus intervenciones. El jurado eligió por mayoría la intervención de Buen al considerarla la más sobresaliente tanto por su viabilidad como por la calidad estética. En el fallo destacó "la gran belleza y elegancia" del pórtico rojo y consideró la obra "visualmente cautivadora, sencilla e impecable, conceptualmente compleja". Buren recibirá por la obra unos 239.000 euros, que se sumarán a los casi 24.000 euros que ya obtuvo por responder a la convocatoria, la primera iniciativa que conmemorará el décimo aniversario del Guggenheim.
Babelia
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