Chávez: "El Mercosur ha muerto, también la Comunidad Andina"

El presidente venezolano Hugo Chávez no defraudó. Si alguien podía ponerle sal a la sosa Cumbre Suramericana de naciones que terminó anoche en la ciudad boliviana de Cochabamba, era él. "El Mercosur está muerto, también la Comunidad Andina [CAN], están como con una sobredosis de morfina, completamente paralizadas", dijo Chávez, sin vueltas y sin remilgos, dirigiéndose a Lula da Silva, presidente de Brasil y, por ende, de la mayor potencia económica suramericana.

Chávez no dijo nada nuevo, es algo que desde hace ya mucho tiempo piensan la mayoría de los suramericanos. Ninguno de los dos bloques comerciales regionales, el Mercosur (Argentina, Brasil, Paraguay, Uruguay y Venezuela) y la CAN (Colombia, Ecuador, Perú y Bolivia), han funcionado a pesar de los muchos años que llevan en marcha. Venezuela incluso abandonó la CAN para unirse al Mercosur a principios de este año.

"Tenemos que integrarnos ya, o perderemos el siglo XXI", espetó Lula

Las palabras de Chávez no cayeron en saco roto, al menos no frente a Lula, que reaccionó a la altura de las circunstancias. "Tenemos que integrarnos ya, porque no vamos a perder el siglo XXI. Ya perdimos la década de los ochenta, de los noventa, el siglo XX, y sabemos que lo que pase en este siglo va a depender de nuestras capacidades", espetó Lula.

"Aunque tengo la certeza de que tenemos muchas divergencias, también tenemos muchas coincidencias. Y estoy seguro de que nos demoraremos mucho menos que Europa para unificarse", añadió Lula en la rueda de prensa que ofreció al término de la cumbre junto a su colega venezolano y el de Bolivia, Evo Morales, acompañados de la ministra de Exteriores colombiana, María Consuelo Araujo. Faltó a la cita el presidente argentino. Néstor Kirchner, y eso ya dejó a la cumbre coja de una pata muy importante.

A pesar de los reiterados llamamientos que durante años se han hecho a la unidad regional, ésta sigue siendo una utopía. Ayer Chávez se abrazó con su homólogo peruano, Alan García, para zanjar un entredicho que los mantenía alejados desde la campaña electoral peruana, en la que Chávez insultó a García. Pero aparte de este gesto, hay muchas divisiones latentes. Argentina y Uruguay están enfrentadas por la construcción de una planta papelera en territorio uruguayo, los enfrentamientos entre Brasil y Bolivia por la nacionalización de los hidrocarburos acometida por el presidente Morales aún están frescos y Venezuela y Colombia no dejan de mirarse con desconfianza. Ante semejante panorama, Chávez jugó su carta maestra: la integración energética. Y lo cierto es que si la unión comercial no funcionó, la esperanza de la integración a partir de un gran mercado del gas y del petróleo se mantiene viva.