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Agricultura elude responder a las acusaciones de fraude en el 'txakoli'

La oposición acusa a Samaniego de hacer "clientelismo político"

Gonzalo Sáenz de Samaniego, consejero de Agricultura, Pesca y Alimentación, pasó ayer por el Parlamento sin responder a las duras acusaciones de la oposición sobre fraudes e irregularidades en el txakoli. Alegó falta de competencias, desconocimiento "oficial" o, sencillamente, evitó responder. El PSE y el PP acusaron al consejero de defender intereses de terceros y de perjudicar al sector. Samaniego defendió la calidad del producto.

Samaniego actuó como una "pared de hormigón", en palabras de la parlamentaria popular María Carmen López de Ocáriz. A la primera pregunta del socialista José Luis Anda sobre la situación del txakoli respondió con una exposición histórica sobre el origen de este cultivo y su arraigo en Euskadi. Tan solo hizo una ligera mención al fraude al hablar de los empresarios que comercializan vino de mesa y utilizan la palabra txakoli en sus marcas sin estar en una denominación de origen (DO). Les llamo "desaprensivos". Samaniego negó además que en Euskadi hubiera excedentes de este vino o plantaciones irregulares.

Su respuesta no satisfizo ni a Anda ni a Ocáriz. El primero, que basó su exposición en las "quejas del sector", inició su intervención con la palabra "decepción". Acto seguido sacó una botella de txakoli sin etiquetas procedente de la DO de Getaria que, según dijo, se comercializa sin problemas. Tras asegurar que el consejero tenía constancia por el sector de casos semejantes, indicó que la botella era la prueba del fraude, de la comercialización de vino sin etiqueta de las DO.

Ante un Samaniego sorprendido, pasó a mencionar declaraciones del diputado de Desarrollo del Medio Rural de Guipúzcoa, Rafael Uribarren (PNV) o del presidente de la DO de txakoli de Getaria y diputado del PNV, Iñaki Txueka, sobre la existencia de plantaciones irregulares y su conveniencia o no de regularizarlas o arrancarlas. Anda continuó su hilo argumental con la lectura de actas de la inspección del Gobierno en las que se detallan irregularidades en la DO, tanto en el control de la uva, de los libros de cosecha o de las plantaciones. En definitiva, una falta de control de la cantidad y procedencia de la uva que entra en las bodegas.

"Con toda su infraestructura, me sorprende que no hayan sido capaces de controlar y atajar el problema, no lo entiendo. Salvo que proteja a gente importante", indicó el parlamentario socialista tras preguntar al consejero quién miente en esta cuestión. Anda pidió a Samaniego que no le "tiemble el pulso" y ejerza sus competencias.

Samaniego no quiso entrar en el fondo del debate. Se preguntó si la procedencia de las informaciones de Anda "cumplen la legalidad" y aseguró que trabajan para evitar el fraude, como lo hacen "las Fuerzas de Seguridad del Estado", aunque se siguen cometiendo delitos. Pidió al parlamentario socialista que, si tenía constancia de fraudes, los denuncie y que el Gobierno actuará. El consejero no dijo nada más. A renglón seguido, aseguró que no tienen constancia oficial de que haya plantaciones irregulares, tiró la pelota al tejado de las diputaciones alegando que controlarlas es su competencia y defendió la rentabilidad del sector.

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Con el turno de réplica de Anda agotado, Ocáriz volvió a poner al consejero contra las cuerdas y abundó en algunas de las reflexiones del parlamentario socialista. Primero recordó al consejero que en 2003 el Gobierno encargó a la sociedad pública IKT un estudió sobre plantaciones irregulares. Pero, más allá de este informe, recordó que en 2004 se abrió un expediente a un viticultor por plantar cinco hectáreas que le fueron denegadas en el reparto de derechos de plantación. El expediente, que llegó incluso al Ministerio de Agricultura, fue archivado tras concederle un año después los derechos de plantación de los que carecía. Ocáriz pidió al consejero que trabaje por el sector, del que dijo que se "lo van a cargar", y no por el "clientelismo" y los "chanchullos de su familia política".

Pese a su incomodidad, Samaniego volvió a defender la "revolución del txakoli" y justificó el apoyo al sector en los criterios de rentabilidad y prestigio. Evitó referirse a los casos de fraude apuntados y volvió a esgrimir el respeto competencial. "Me dicen que arranque viñedos ilegales. No hay constancia oficial. Me la tienen que trasladar las diputaciones", esgrimió aduciendo un claro respeto de la normativa vigente. Samaniego, que terminó su comparecencia asegurando que en Euskadi "sólo se va a producir vino de calidad", recomendó a quien tenga dudas que acuda a los tribunales.

"La bola mediática"

"Tengo claro quién manipula la información y falsea la realidad. Es usted. Usted es el interesado en que siga la bola de la infamia y manipulación mediática" (en referencia a las informaciones publicadas por este diario desde el pasado día 12). El destinatario de las palabras del consejero de Agricultura, Pesca y Alimentación, Gonzalo Sáenz de Samaniego, era el socialista José Luis Anda. Samaniego no estuvo ayer cómodo y en más de una ocasión subió el tono ante los reproches constantes de la oposición.

Con un "jo" por delante, el consejero respondió a la acusación de clientelismo lanzada por la popular María Carmen López Ocáriz. "Entiendo que quiera desconfiar de todo. Es su estado vital permanente", se defendió Samaniego, quien dijo que, si se habla de clientelismo, debería mirarse a la acción de la Diputación Foral de Álava, gobernada por el PP, donde afirmó que se ha hecho "un máster" en esta materia.

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